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Sonia Barbosa, en las escaleras de Santo Tomás. MARIETA
«En Canadá pasé algo de miedo, por los osos, pero al final no vi ninguno»

«En Canadá pasé algo de miedo, por los osos, pero al final no vi ninguno»

Presenta esta tarde en el Aula de Cultura de LA VOZ un libro en el que narra su viaje en moto en solitario desde Los Ángeles hasta Alaska Sonia Barbosa Motorista

J. F. GALÁN

AVILÉS.

Miércoles, 31 de enero 2018, 04:01

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Sonia Barbosa presenta esta tarde en el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS 'Alaska. En moto hasta la última frontera', libro en el que narra su viaje de un mes en moto, el pasado verano, desde Los Ángeles (California) hasta Valdez, en Alaska (Estados Unidos), 9.000 kilómetros en solitario. El acto está programado para las 19.30 horas en el Centro de Servicios Universitarios (La Ferrería, 7-9), con acceso libre.

-¿Qué fue lo que más le gustó?

-Estados Unidos. Sus paisajes son impresionantes y muy diversos, y la gente en general es muy amable, sobre todo en el mundo rural. Es un país para andar en moto.

-¿Algún paisaje en general?

-El cañón de Colorado y la meseta que lo rodea, especialmente los parques del sur de Utah.

-¿Era su primer viaje a Estados Unidos?

-No. Ya había realizado un recorrido en moto por la costa Este, pero la Oeste me ha gustado más. Hay más naturaleza.

-¿Y Canadá?

-También me gustó mucho, especialmente los parques de Banff y Jasper. El paisaje es espectacular, con grandes montañas, ríos y bosques, pero menos variado.

-Tendrá muchas anécdotas que contar.

-Sí, todas están en el libro. Lo escribí allí, como un diario.

-Desvele alguna.

-En Canadá pasé algo de miedo, por los osos. Por la noche, en el camping, cualquier ruido me ponía en alerta, pero al final no vi ninguno. Allí, y también en Alaska, la sensación de soledad es tremenda, haces muchos kilómetros sin ver a nadie, y a veces las carreteras desaparecen bajo el barro.

-¿Alguna incidencia?

-Nada importante. Tuve que estar seis días en Los Ángeles por causas ajenas a mi voluntad, y sufrí una avería en Calgary que me obligó a parar tres días.

-¿Cómo le recibía la gente?

-Muy bien, alguno hasta me sacaba fotos. También guardo muy buenos recuerdos de unos días en los que rodé junto a una padre y su hija.

-¿Había planificado las etapas?

-No en exceso. Prefiero viajar sin un plan cerrado y, según me guste el sitio, me quedo más o menos tiempo.

-¿Es su primer libro?

-Sí, aunque ya he colaborado con la revista de BMW y con la página turística del Principado.

-También tiene un blog alojado en la web de este periódico, 'Explorando el paraíso en moto'. ¿Qué narra en él?

-Los distintos recorridos que realizo en moto por Asturias y también por las provincias limítrofes y las experiencias que me cuenta la gente que visito.

-¿Cuál es su ruta favorita por Asturias?

-La subida a los Lagos de Covadonga, por el paisaje y por la carretera, aunque rincones preciosos hay muchos, sobre todo en las carreteras menos transitadas. Este año me he propuesto tirar más hacia el Occidente, que es menos conocido.

-¿Cómo están las carreteras?

-En general no están tan mal, en Galicia las encuentras mucho peores.

-¿Y a qué gente visita?

-Principalmente a artesanos como Graciano Gallinar, de Fano. Lleva más de cuarenta años haciendo réplicas del prerrománico Asturiano, y ha construido su propio museo, totalmente privado. Suelo contactar con ella por internet, aunque algunos ya conocen mi blog y se dirigen directamente a mí.

-¿Alguna ruta pendiente?

-Muchas. Por ejemplo, tengo muchas ganas de ir a Sobrefoz, en Ponga.

-¿Tiene en mente otro gran viaje?

-A Ushuaia, en Argentina, la última frontera Sur del continente americano.

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