La construcción del futuro ya está en manos de los estudiantes
Sostenibilidad. Los escolares de 17 centros educativos expusieron en la Casa de Cultura de Avilés su visión sobre cómo puede funcionar 'La ciudad del mañana'
AMANDA GRANDA
Miércoles, 3 de mayo 2023, 01:37
Reconvertir los espacios más degradados de la ciudad y hacer del de la construcción un sector más sostenible es un reto sobre el que los escolares avilesinos han demostrado tener mucho que decir. Resultado de la convocatoria del primer concurso 'La ciudad del mañana', la agrupación empresarial Clúster ECCO congregó ayer en la Casa de Cultura de la villa a los diecisiete centros educativos que, procedentes de diferentes puntos de la región, decidieron mostrar sus aportaciones para reducir el consumo energético y para potenciar de la economía circular urbana a las 37 empresas que vertebran la organización.
«Nuestro objetivo es la sensibilización», expuso Ana Isabel Menéndez, presidenta de Clúster ECCO, añadiendo, no obstante, que «también lo es la captación de talento en un sector como el de la construcción», en el que, aseguró «se registra una alta demanda de profesionales de todos los ámbitos». Un deseo ante el que el ingenio de los estudiantes respondió con hoteles de última generación, viviendas unifamiliares dotadas de total autonomía en su consumo energético e incluso cabinas con gimnasios móviles capaces de servirse de la energía cinética producida por sus bicicletas estáticas para dar luz a los vecinos que quieran hacer deporte independientemente del momento del día y permitiendo además que esto se cumpla en cualquier ubicación de la ciudad.
«Dentro del tema de la sostenibilidad nos pareció importante tener en cuenta también el apoyo emocional», explicó Lucía Miranda, una de las alumnas del centro Arkuos, de Langreo, que junto a Noa Martínez, Lara López y Mateo Martínez diseñó un edificio de consumo positivo y eficiente sobre la base de una antigua sala de fiestas que, cercana al Credine de Langreo y al Hospital Valle del Nalón, busca «servir de hotel para los familiares que se desplazan desde distintos puntos de Asturias para ver a sus familiares».
«Aunque me gustaría que el futuro fuera sostenible no podemos controlarlo todo, pero sí tomarnos en serio a los más pequeños»
A esta propuesta, que resultó ser una de las tres finalistas de la categoría dedicada al alumnado de educación secundaria y bachillerato, se sumaron dos maquetas que desde el instituto Menéndez Pidal de Avilés abogaron por la construcción de bibliotecas sustentadas por energías renovables:
«Nuestra idea de biblioteca incorpora una galería de arte como espacio en el que relajarse durante el tiempo de estudio», trasladó Catalina Estébanez, alumna del bachiller de Artes que unió sus ideas a las de Inés Muñoz, compañera del bachiller de Ciencias para dar además al espacio «la posibilidad de autogestionarse con energía eólica, hidráulica y solar». Valeria Artime, también finalista e ideóloga de otro modelo de biblioteca renovable, aseguró además que, «aunque me gustaría que el futuro fuera sostenible, no podemos controlarlo todo, lo que sí podemos es tomarnos en serio a los más pequeños». Una propuesta que no se planteó descabellada al observar la siguiente triada de finalistas entre los concursantes de educación primaria.
«En nuestro proyecto la idea es crear un sitio donde poder jugar con los mayores, aprender de ellos y que aprendan de nosotros», compartía Carlota Martínez, alumna de quinto de primaria que apostó junto a sus compañeros por un centro intergeneracional, y a la que seguirían Mauro García, Gabriel Quesada, Carmen Otero, Daniel González y Daniel Villanueva, los alumnos del 'Equipo Andolina' que se afanaron en la construcción de «un almacén de aperos», construido a base de materiales como adobe y bambú, «perfectos para que de ellos nazcan flores cuando la construcción se caiga», concluyeron.