«Siendo médico, sentí miedo cuando tuve que ingresar en UCI»

-No sé en qué momento me transmitieron el virus, pero creo que fue durante la última guardia que realicé en el mes de marzo. A partir de ese día empecé a sentirme mal, con dolor de cabeza y después con fiebre. Al principio no era nada grave hasta que de repente los síntomas empezaron a empeorar y tuve que ingresar en el hospital y posteriormente en la UCI, donde pasé casi tres semanas sedado.

-Durante esa guardia, ¿llegó a atender a algún paciente con síntomas del virus?

-No, no atendí a nadie con síntomas compatibles, por eso no sé el momento exacto en que me contagié, pero a partir de esa guardia ya me quedé aislado y después ingresé en el hospital hasta que las pruebas dieron negativo.

-¿Cómo asumió su ingreso?

-El peor momento de todos fue cuando me dijeron que tenía que entrar en la UCI. Yo estaba consciente en ese momento, y cuando te dicen eso sientes miedo porque como médico ya sabes lo que está pasando. En planta me encontraba mal, tenía malestar, se me llegó a quitar hasta el apetito, no quería leer, ni escuchar la radio... pero en la UCI fue mucho peor, aunque estuve en todo momento muy bien atendido por los compañeros que trabajaban allí, tanto yo como el resto de pacientes. No te dejaban ni un momento, teníamos un bote con clips para llamar si nos pasaba algo y en cuanto lo hacías sonar aparecían los compañeros, la atención fue excelente. Al poco de entrar en la UCI me tuvieron que sedar y cuando desperté habían pasado casi tres semanas, tenía el pelo mucho más largo y también la barba.

-Y no podía ver a su familia.

-Cuando pude hablar por fin con mi familia y decirles que estaba bien, las compañeras de la UCI les mandaron alguna foto y me vieron con melena y barba, se asombraron, pero ese momento en el que pude comunicarme con ellos fue el más feliz que tuve desde que empezó todo el proceso. Luego dejas la UCI, subes a planta y, aunque pasan unos días hasta que puedes volver a casa, ya es diferente. Todavía no me he recuperado del todo, pero lo peor ya pasó y poder volver a hablar con tus familiares después de tanto tiempo sedado fue sin duda lo mejor.

-En todos los años que lleva ejerciendo como médico, ¿recuerda algún otro momento en el que hubiera este riesgo de contagio?

-No, como este no. Hace algunos años, cuando empezaron a salir los casos de VIH si había algo de incertidumbre, era otro virus poco conocido, pero en general los médicos no teníamos especial problema, sabíamos lo que había que hacer para evitar el contagio y lo aplicábamos, en este caso yo por ejemplo no sé el momento en el que me contagié ni cómo, entonces es diferente.

-¿Cree que esto supondrá un antes y un después en su profesión?

-Sí, porque yo trabajo en un consultorio rural que lleva cerrado desde que empezó la pandemia. Allí es muy difícil filtrar a los pacientes que atiendes tanto en la consulta con cita como en las guardias. A nivel individual creo que el personal sanitario será ahora más consciente de que tiene que protegerse y de que se puede contagiar, pero tampoco creo que los médicos cambiemos nuestra forma de atender a los pacientes, porque además en el ámbito rural tratas a las mismas personas durante muchos años. Lo que sí está claro es que deberemos cuidarnos un poco más.