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Carlos Galán, director del Conservatorio Julián Orbón, en uno de los balcones del edificio. MARIETA
«El curso pasado temimos el cierre del Conservatorio por su judicialización»

«El curso pasado temimos el cierre del Conservatorio por su judicialización»

Carlos Galán, director del Conservatorio Julián Orbón, afronta su segundo año como director tranquilo y «respaldado» por la comunidad educativa, tras ganar un concurso público que ha sido recurrido de nuevo

C. DELRÍO

AVILÉS.

Domingo, 24 de septiembre 2017

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El Conservatorio Julián Orbón ha comenzado esta semana sus clases con Carlos Galán al frente por segundo año consecutivo. Tras un curso en el que el centro ha estado en los titulares casi tanto por la judicialización del nombramiento de su director como por la actividad educativa, Galán confía en cerrar un capítulo del que ha sido víctima pasiva. Ahora se siente respaldado tanto por el concurso público ganado recientemente (y recurrido) como por padres, alumnos y profesores. A estos dos últimos grupos ha tenido en mente en el proyecto de dirección con el que ha ganado el puesto.

-¿Cómo afronta su segundo año como director?

-Con muchas ganas de poder llevar a cabo el proyecto que presenté al concurso para ser elegido director.

-Un concurso que está recurrido por la presunta composición irregular del tribunal. ¿Qué puede pasar?

-No sé las consecuencias, pero estoy tranquilo. Tengo entendido que no debería haber ningún problema. Me han dicho que la demanda presentada no se sostiene, aunque eso lo tendrá que decir un juez. ¿Que qué ocurriría si se anulara el concurso? Supongo que habría que empezar de cero otra vez y no sé si eso llevaría al fin del Conservatorio.

-Suena tremendista.

-No es la intención, pero cuando no hay director hay que cerrar. El curso pasado, de hecho, teníamos una enorme preocupación por si se llegaba a ejecutar la sentencia que anulaba mi nombramiento como director. Eso hubiera significado cerrar el centro en medio del curso.

-Tomó una decisión arriesgada al asumir el curso pasado este cargo. ¿Por qué lo hizo? ¿Tantas ganas tenía de regresar a Asturias?

-No, no tenía ninguna. En Madrid había logrado plaza en el Conservatorio en el que quería trabajar. Vine por lo que vine. Porque necesitaban un director urgentemente. Fue todo muy rápido y me costó decidirme. Me dije que solo iba a ser un año y, no sé si fue una locura, pero aquí sigo. Tampoco me imaginaba que las cosas estuvieran tan mal como me habían dicho. Pensé que exageraban...

-Y no, no exageraban.

-(Risas). No, no exageraban. Fue difícil, pero al final no tanto como parece desde fuera si se sigue el tema por la prensa. Salvo alguna reunión tensa, desde dentro lo hemos ido viviendo con cierta normalidad. La prueba es que el curso y las clases han funcionado bien.

-Esa continua presencia mediática por asuntos extraeducativos no ha repercutido en la matrícula. ¿Cómo lo valora?

-De forma muy positiva. En el equipo directivo albergábamos ese temor, pero los números nos demuestran que los padres están tranquilos y confían en la calidad de la enseñanza que van a recibir sus hijos.

-¿Es tan bueno el Conservatorio avilesino como nos dicen? ¿Cuál es su principal valor?

-El profesorado. Siempre ha sido muy, muy bueno. Los alumnos formados en el Julián Orbón siempre han tenido reconocimiento fuera de Asturias. Lo experimenté en primera persona cuando me instalé en Madrid.

-Antes se hablaba de dos bandos en el profesorado. ¿Ha pasado a la historia, entonces?

-Yo no veo esa división tan marcado. He notado bastante suavidad y el tono con el equipo directivo después del concurso ha sido más afable. Creo que la plantilla quería una solución. Así me lo han transmitido algunos profesores, que tenían ganas de que se cerrara jurídicamente el tema, aunque todavía queda algo por ahí.

-Usted está respaldado directamente por la presidenta de la Fundación Municipal de Cultura, la concejala de Educación, Yolanda Alonso. ¿Ha sentido también el apoyo de la comunidad educativa?

-Sí. Muchos padres me lo han transmitido. Al principio porque veían mi nombramiento como una solución y luego por las actividades que hemos desarrollado este año. Ha sido este apoyo el que me animó a presentarme al concurso.

-Se impuso a otros tres candidatos. ¿Cuáles fueron las líneas de su proyecto?

-Se basaba en una propuesta de reformas para renovar un centro obsoleto en algunos aspectos, trabajar la coherencia entre las programaciones de todos los estudios y del proyecto curricular y la organización de una segunda semana cultural.

Cambios técnicos y docentes

-¿Qué hay que renovar?

-En cuanto a informático, propuse la incorporación ordenadores, pizarras digitales y un coordinador de tecnologías de la comunicación. Tenemos que seguir digitalizando todo nuestro archivo porque el papel nos desborda. Me parece necesario grabar todos los conciertos del auditorio en un ordenador. Planteo abrir la biblioteca a los alumnos y que puedan llevarse partituras en préstamo. Tenemos muy buen material que prácticamente no se consulta porque está cerrado.

-¿Respecto a la enseñanza?

-Me gustaría impartir la especialidad de canto, una enseñanza profesional necesaria y muy demandada. Nos daría muchas posibilidades de cara a los conciertos con la banda y la orquesta y podríamos incorporar más repertorio. También algún tipo de taller sobre música para cine o publicidad o estudios de grabación. No sé, algo distinto que pueda ir dando ideas a los chavales sobre su futuro porque yo he tenido compañeros que dejaron las enseñanza profesionales porque no les acaban de llenar y otros que seguían buscando por dónde tirar al terminarlas. Quizás si les presenta desde ahora un abanico de posibilidades, pueden ir buscando y formándose una idea.

-Tienen que ser talleres porque no pueden crecer físicamente.

-No es posible crecer con estos edificios y los talleres pueden ser una solución. No podemos tener más asignaturas y tenemos que replantearnos algunas optativas y adecuarnos a la demanda. Incorporar algo de músicas del mundo o cosas así.

-¿En qué consiste la coherencia del proyecto curricular?

-De trazar, definir y aclarar las líneas educativas: hacia dónde queremos enfocar las enseñanzas. Será una labor del claustro, que tendrá que establecer las prioridades. Es buscar una cohesión y enseñanza uniforme, porque ahora cada departamento va un poco por libre y aplica criterios diferentes.

-La Semana Cultural fue la gran novedad del curso pasado.

-Fue una motivación increíble para padres, alumnos y profesores. Me encantó ver tocando a los docentes, que en algunos casos hacía muchos años que no ofrecían un concierto. Entre los estudiantes se despertaron muchas inquietudes, sobre todo con la charla de Fernando Velázquez y con el espectáculo de danzas. Estamos empezando a pensar en la segunda edición, en la que pretendemos incorporar otro tipo de disciplinas que completen a lo ofertado el curso pasado. Algo relacionado con la producción musical y, a lo mejor, algo de canción de autor. Y también hay que pensar ya en el día de la música. Me gustaría organizar alguna salida o viaje de intercambio.

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