La demolición de baterías dejó 245.000 toneladas de residuos de construcción
Sepides da por cumplido otro «hito» en la creación de nuevo suelo industrial en Avilés al dar por terminada esta fase del proyecto
Sepides dio ayer por cerrada la segunda fase para la creación de un nuevo área industrial en los terrenos que ocupaban baterías de cok, por ... lo que aseguró haber «alcanzado otro hito en la creación del parque empresarial». Y con este proceso concluido, la empresa pública desglosó las grandes cifras de la demolición, ahora finalizada, del complejo industrial construido a mediados del pasado siglo, unos trabajos que han durado algo más de dos años y que han dejado finalmente más de 245.000 toneladas de residuos valorizados (hormigón y ladrillo, fundamentalmente), 7.490 de carbón, 39.000 de chatarra férrica y 163,8 de amianto. Además, se trasladaron 16.121 toneladas de residuos peligrosos a gestores autorizados.
«Todos los materiales extraídos susceptibles de ser utilizados para la edificación del parque empresarial se aprovecharán en la creación del nuevo espacio lo que implica un ahorro de materias primas y el cuidado del medio ambiente, todo ello en consonancia con el principio de economía circular que guía la planificación general del proyecto», defendían ayer desde Sepides.
Y en esta misma línea de protección del medio ambiente, los ciudadanos y las instalaciones colindantes, también se incluirían las voladuras llevadas a cabo de las estructuras más voluminosas (chimeneas, torres, y uno de los gasómetros) en las que se utilizaron 1.077 kilogramos de explosivos, algo que en Sepides consideran «un buen indicador del reto que ha significado lograr una actuación segura y eficaz».
«La consecución de este logro sitúa a la compañía más cerca de la creación de una zona industrial y logística a la vanguardia de la innovación y la eficiencia. Enfocado en la sostenibilidad y la descarbonización, el parque será certificado con la herramienta VERDE DU Polígonos que le dotará de un valor añadido diferenciador y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible», defendía ayer Sepides sobre el proyecto final.
La empresa pública propietaria de los suelos de la antigua Ensidesa había contratado, después de un largo recorrido polémico, a la unión temporal de empresas formada por Erri Berri y Afesa para ejecutar estos trabajos de demolición. Sobre ellos ayer también se facilitaban cifras concretas. A lo largo de la demolición, trabajaron una media de 63 personas sobre el terreno y en los momentos de máximo esfuerzo fueron hasta 110 personas. En total, se contabilizaron 278.000 horas de trabajo para la demolición de 45.038 metros cuadrados construidos.
En cuanto a la maquinaria empleada, Sepides explicaba ayer que hubo una media de seis máquinas cada día trabajando simultáneamente en las obras. La más utilizada ha sido la retroexcavadora de demolición de 40 toneladas. Además, se han empleado cuatro máquinas especiales de demolición y cuatro plantas móviles de valorización de residuos (machacadoras). También se ha empleado un equipo móvil para la combustión de compuestos orgánicos volátiles y contaminantes atmosféricos peligrosos (unidad de degasio).
Sin fecha para la continuación
Sepides no puso ayer fechas para las siguientes fases del proyecto, que son la descontaminación de los suelos y la urbanización. Sólo recordó que la reparcelación del espacio está sujeta a la aprobación de la modificación del Plan General de Avilés, que actualmente se encuentra en fase de tramitación.
De lo que sí habló fue de la comercialización y aseguró que los precios de las parcelas serán «competitivos y de mercado con el objetivo de favorecer la implantación de industrias y sectores estratégicos que potencien el tejido empresarial, económico y social de Asturias». La empresa estatal mantiene que la comercialización de los más de 200.000 metros cuadrados de suelo industrial y logístico que conforman este espacio es una de sus prioridades «para dar respuesta a la demanda de espacios en la comarca de Avilés».
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