Dirección y sindicatos apuran las negociaciones para evitar la huelga en Saint-Gobain

La convocatoria de huelga choca con el buen momento que vive la planta de Avilés. Así, la línea de Sekurit afronta un año con una alta carga de trabajo. Normalmente, la dirección y los sindicatos negocian un calendario laboral con la previsión de tener actividad en la fábrica para 305 días y, el pasado diciembre, se abordó un calendario con 335 jornadas.

Además de ese horizonte, se cerraba un año que había sido positivo para la fábrica de La Maruca. La línea de Sekurit había recibido una inversión de dos millones de euros para modernizar la línea de empaquetado. La obra ya se ha ejecutado y, actualmente, se encuentra en fase de acoplamiento. De igual manera, los pedidos en Glass se mantenían al alza gracias a la creciente demanda para la rehabilitación y actuaciones en las viviendas para la mejora energética.

Sin embargo, a la vuelta de las vacaciones, la dirección planteó una reducción de quince días, es decir, 320 jornadas. En ese momento, la decisión se explicó como una medida preventiva ante las posibles consecuencias del Brexit y un ajuste en los pedidos en el sector por la crisis del diésel en España.

El ambiente continuó enrareciéndose con algunas decisiones organizativas que la empresa ejecutaba unilateralmente, sin contar con el comité de empresa. Muchas de estas medidas implicaban un aumento de la subcontratación, un campo donde el comité de empresa siempre ha sido muy beligerante.

Y, aunque la actividad de trabajo se mantiene alta y sin recortes, Saint-Gobain iniciaba un nuevo proceso de reorganización interna en todo el mundo. De momento, no se habla de recortes en el caso de España aunque se introducen cambios significativos.

Por ejemplo, en el caso de Avilés, la dirección de Recursos Humanos pasa de ser unificada para toda la factoría a escindirse en dos: una para Sekurit y otra para Glass. La dirección también anuncia un plan para simplificar la organización interna y tener una mayor agilidad para responder a las demandas de los proveedores.

En este contexto, Comisiones Obreras y UGT decidieron convocar los trece días de huelga (con paros de cuatro hora en cada turno) con la que se quiere reclamar a la dirección que cese en su política de decisiones unilaterales y en trasvasar a las contratas carga de trabajo que, hasta la fecha, ha realizado la plantilla principal. En el momento de cerrar esta edición, las dos partes se mantenían firmes en sus planteamientos. Tras más de cinco horas de reunión y dos recesos, las dos partes seguían afrontando los puntos de la discordia.