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El granelero 'Severnaya Zemlya' permanece atracado en los muelles de Valliniello a la espera de que se arregle sus situación. PATRICIA BREGÓN
Un embargo judicial retiene a un mercante en el puerto desde hace tres semanas

Un embargo judicial retiene a un mercante en el puerto desde hace tres semanas

El barco espera en el muelle de Valliniello y se confía en que pueda zarpar «en breve» una vez resuelva su situación

FERNANDO DEL BUSTO

AVILÉS.

Jueves, 14 de junio 2018, 02:02

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Un embargo judicial mantiene retenido en el puerto al mercante ruso 'Severnaya Zemlya', que atracó en Avilés el pasado 23 de mayo. El buque se encuentra en la actualidad en el muelle de Valliniello. 'Severnaya Zemlya' es un granelero botado en 2009. Llegó a Avilés procedente del puerto letón de Riga con 15.760 toneladas de carbón que fueron descargadas. La operación se desarrolló en los muelles de Raíces sin ningún tipo de incidencia.

Al poco tiempo, el buque recibió un embargo judicial, por lo que no podía zarpar hasta recibir el visto bueno de la autoridad judicial. No ha trascendido las causas de ese embargo, aunque este no ha impedido que su armador, Murmansk Sg Co, según las bases de datos consultadas, se mantenga en contacto tanto con el consignatario como con la tripulación, que ha seguido recibiendo los víveres necesarios y se encuentra tranquila.

Una vez notificado el embargo judicial, el buque se mantuvo atracado en el muelle de Raíces. Sin embargo, cuando la situación se alargaba se solicitó al barco que se trasladase a los nuevos muelles de Raíces para mantener la operatividad portuaria.

El 'Severnaya Zemlya' es un granelero con una eslora de 180 metros, por lo que su presencia en Raíces podría dificultar la entrada de otros barcos. No hay que olvidar que en Raíces se concentra la actividad granelera del puerto avilesino, por la estancia en esos muelles podía alterar el normal funcionamiento de una actividad fundamental para la Autoridad Portuaria avilesina.

Sin embargo, la situación en Valliniello es distinta y dispone de suficiente cantil para permitir que el 'Severnaya Zemlya' se mantenga atracado y se realicen las operaciones de carga de grandes piezas metálicas sin problemas.

A la espera de la solución

Mientras tanto, el armador ruso tramita la solución a los problemas que mantienen amarrado al buque para poder regresar a la mar. La tripulación se encuentra compuesta por veintiún personas y el armador mantiene la relación habitual con el consignatario. De esta manera, el barco se mantiene al día en sus pagos a la Autoridad Portuaria y la tripulación sigue recibiendo los pertrechos necesarios.

No existe una previsión sobre la fecha en la que zarpará el barco, si bien las fuentes consultadas opinan que será «en breve». La empresa debe transferir el dinero que se le reclama y debe confirmarse la recepción. Y, al ser entre diferentes países, estos trámites se pueden demorar varios días.

Las bases de datos demuestran que el 'Severnaya Zemlya' ha estado operativo todo este año hasta este incidente. Aparentemente se encuentra en buen estado y tampoco aparece en las bases de datos del 'París Mou', el acuerdo internacional que salvaguarda unas condiciones mínimas de seguridad para evitar peligros en la navegación.

La fecha de dotación del barco es de 2009, por lo que todo apunta a que la nave no se encuentra abandonada por su armador. Esa situación se suele producir en barcos mucho más viejos y donde la propiedad piensa antes en deshacerse de ellos que en invertir en reflotarlos.

Fue la situación que se vivió, por ejemplo, en 2008 con el mercante 'Orient Star', que llegó a Avilés con nueve tripulantes y bandera dominicana. Su estado destartalado lo hacía incompatible con la navegación con los parámetros occidentales. Al poco de atracar, el armador desapareció. La intervención del Sindicato de Trabajadores del Mar (ITF, por sus siglas en inglés) fue fundamental para asegurar una salida a los afectados.

Dos años antes, Avilés había vivido uno de los casos más dramáticos que se recuerdan. El mercante 'Greenland' había embarrancado en el espigón de San Juan. El armador consideró inasumibles los costes de rescatar el buque, abandonando a su suerte a su tripulación. Su capitán resistió hasta casi el final, siendo evacuado a través de una polea cuando el oleaje comenzaba a dañar la estructura del barco.

Desde entonces, no se han vuelto a vivir situaciones tan extremas. No obstante, de manera periódica se retienen barcos dentro de los controles de la zona 'París Mou'. Se trata de un acuerdo internacional por el que los estados integrantes vigilan las condiciones de navegación de los barcos que no tengan su bandera nacional. Se analiza desde las condiciones para navegar, equipos de seguridad y condiciones laborales. En caso de incumplimiento, el barco se retiene hasta que se arregla el incumplimiento.

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