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El agente, tendido en el suelo anteayer, después de la agresión. LVA

«La emprendió a patadas con el agente al decirle que estaba detenido»

Los pasajeros del autobús en el que se inició la agresión al sargento de la Guardia Civil destacan la violencia con la que respondió el prófugo al alto del agente

SHEYLA GONZÁLEZ

AVILÉS.

Jueves, 26 de abril 2018, 03:57

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«Estás detenido». Con esa frase del sargento del puesto de la Guardia Civil de Cancienes se desató la paliza que acabó con el agente en el Hospital Universitario San Agustín y con los pasajeros del autobús en el que viajaba el agresor nerviosos ante lo sucedido. Eran cerca de las tres de la tarde cuando se desencadenó el suceso dentro del autobús de la línea de paradas entre Oviedo y Avilés, que acababa de dejar a varios pasajeros en la parada de Los Campos.

«Nosotros nos bajamos y, a los pocos segundos, a unos metros de la parada vimos como un hombre se subía al autobús. Nos pareció raro y dimos la vuelta al oír gritos», comenta una de las testigos de lo sucedido. En el interior del autobús se encontraban varias personas, algunos de ellos estudiantes e incluso una mujer con un carricoche de bebé. Además de ellos, una pareja que ayudó al agresor a huir del lugar.

Dos pasajeros y el conductor del autobús trataron de ayudar al agente herido

Al acceder al interior del bus, el sargento de la Guardia Civil se acercó al prófugo y le dijo que estaba detenido. «En ese momento se puso a discutir a gritos. Fue ahí cuando el hombre, que no sabíamos primero que era guardia civil, gritó para pedir ayuda y que cerraran la puerta del autocar», relatan los testigos. Lejos de relajarse la situación, la violencia fue 'in crescendo' y pasó de ser verbal a física. «Le dio puñetazos y se agarró a las barras para subirse y darle patadas», narran quienes con nervios e inquietud fueron testigos de lo sucedido.

El conductor del vehículo y dos pasajeros intentaron ayudar al guardia civil. El primero procedió a cerrar las puertas. «Justo cuando estaban a punto de cerrar del todo, el joven metió la mano y logró abrirla. Todo con los otros dos pasajeros intentando agarrarle», explican. Logró salir fuera seguido por el agente, a quién volvió a propinar golpes e incluso un empujón, que le derribó. «Vimos como se daba un golpe contra el bordillo», señalan los testigos.

La huida

En ese momento, con el guardia civil tirado en el suelo, el joven huyó del lugar por un pequeño pasadizo que da acceso a los garajes de los edificios cercanos y que conecta con el centro de Los Campos, por donde huyó del lugar. La pareja que le acompañaba se bajó «con normalidad» del autobús. Los presentes puntualizan que «poco después llegaron la Policía Local y la Guardia Civil, que pudieron dar el alto a la pareja a escasos metros de lugar donde pasó todo».

Los agentes desplazados prestaron ayuda al guardia civil a la vez que iniciaban la búsqueda del agresor por la localidad. El resto de pasajeros permaneció en el interior del autobús, donde fue interrogado por los cuerpos de seguridad sobre lo sucedido minutos antes.

Los vecinos y testigos del incidente señalaban que «todo pasó en pocos minutos» y que el conductor del ALSA en el que viajaban medió entre ellos para ayudar al agente, recibiendo también algunos de los golpes que propinó el prófugo para zafarse de la detención aunque no le causaron lesiones aparentemente.

El agente herido precisó de asistencia sanitaria y fue trasladado al Hospital Universitario San Agustín, donde se le practicó una valoración más exhaustiva. Finalmente las heridas no revistieron gravedad por lo que pudo ser dado de alta horas después. Ahora continúa con la convalecencia en su domicilio. Las reacciones no tardaron en llegar y desde la asociación de vecinos de Cancienes quisieron desear una pronta recuperación al sargento a la vez que condenaron los hechos.

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