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Trabajadores de CSC en uno de sus edificios del PEPA. MARIETA
Las empresas tecnológicas crecen en Avilés

Las empresas tecnológicas crecen en Avilés

Las pymes relacionadas con las TIC han multiplicado el número de trabajadores en una década | Compañías impulsadas por avilesinos que han sabido posicionarse a nivel nacional se unen a las multinacionales del sector en la ciudad

YOLANDA DE LUIS

AVILÉS.

Domingo, 12 de noviembre 2017, 01:51

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No existen estadísticas al respecto más que las que resultan de sumar los datos que aportan cada una de las empresas, pero que las pymes tecnológicas han crecido en Avilés en la última década es algo constatable. La multinacional CSC (ahora DXC Technology) es el caso más evidente. Inició sus pasos en Asturias ligada a DuPont y en 2007 dio el salto a La Curtidora al necesitar más espacio para desarrollar los servicios tecnológicos de Zurich Financial Services. Entonces tenía setenta empleados, hoy en sus dos edificios en el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) se superan los 1.300.

Casi paralelamente, SATEC inauguraba su Centro de Desarrollo Tecnológico en La Curtidora con treinta trabajadores, una plantilla que hoy duplica. Desde Avilés, esta empresa asturiana trabaja en distintos ámbitos relacionados con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y las telecomunicaciones a nivel local, nacional e internacional. La multinacional Software AG fue la tercera en elegir Avilés para su crecimiento, lo hizo en 2010. Su plantilla se sitúa en torno a las cuarenta personas, aunque el año pasado se anunciaba un giro en su estrategia de negocio que contribuirá a aumentar el personal.

Pero junto a estas compañías que nacen con el respaldo de negocio de multinacionales o empresas ya asentadas en el territorio, se fundaron hace una década algunas más de la mano de la iniciativa de avilesinos y que se implantaron también en un primer momento en La Curtidora. Con el paso del tiempo han ido creciendo y posicionándose en un mercado muy competitivo como es el de las nuevas tecnologías hasta llegar en algunos casos a ser referentes a nivel nacional como los tres ejemplos que se recogen en estas mismas páginas de Domobility, Quantobit y Aspediens hoy Fruition Partners. Todas comenzaron prácticamente como autoempleo de sus fundadores y hoy cuentan con quince, en dos de los casos, y cuarenta trabajadores en uno, y con proyectos para seguir creciendo en el futuro.

De esta forma se va configurando un cambio en la estructura económica de un Avilés que el pasado siglo se basaba fundamentalmente en la industria primaria, un sector que en el momento en que entró en declive dejó tras de sí depresión y paro. En la última década las industrias transformadoras y también integradas en el epígrafe de servicios a las empresas han ido ganando peso en la estructura económica de la ciudad y por tanto de la comarca.

Y es que las empresas avilesinas iniciaron el siglo XXI mirando hacia el futuro y la transformación como se demuestra con el hecho de que las compañías de Avilés que consiguieron acceder a créditos para proyectos de innovación financiados por el Ministerio de Industria entre 2000 y 2006 lograron 15,9 millones de euros, lo que equivaldría a un promedio de 597 euros por empresa localizada en la ciudad en aquellos años, muy por encima de los 300 de Gijón o los 47 de Oviedo, según datos de la investigación sobre Avilés de Simón Sánchez Moral.

Oportunidad de futuro

El concejal de Promoción Económica, Manuel Campa, destacó el valor de estas empresas y aseguró que «la ciudad necesita tenerlas porque estamos hablando de que tienen una evolución positiva y un personal altamente formado y con contratos estables y mejor remunerados que en otros sectores». Señaló que se ha creado en Avilés una completa red «en la que tenemos los centros de producción primaria, los centros de investigación, las empresas que desarrollan productos y las que ofrecen servicios, convirtiendo así a Avilés en una ciudad interesante porque aquí se desarrollan proyectos innovadores». Y mirando al futuro piensa que este caldo de cultivo puede servir para atraer nuevas empresas, pero además cree que el Plan de la Isla de la Innovación «tiene que servir para que se produzca una concentración de estas empresas de base tecnológica, lo que contribuirá a su desarrollo».

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