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El músico Adra Karim, ayer en el Centro Niemeyer. PATRICIA BREGÓN
«Me encanta Asturias, la gente es muy abierta y la comida es increíble»

«Me encanta Asturias, la gente es muy abierta y la comida es increíble»

El artista indonesio Adra Karim ofrecerá mañana en el Niemeyer el estreno mundial de su última obra junto a la Orquesta de Cámara de Siero

EVA FANJUL

AVILÉS.

Viernes, 15 de diciembre 2017, 02:13

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El Auditorio del Centro Niemeyer albergará mañana sábado (19.30 horas) una actuación musical que fusiona la música tradicional de Asturias e Indonesia y que forma parte del proyecto de intercambio cultural 'Vínculos' de la Orquesta de Cámara de Siero (OCAS). Adra Karim, una de las figuras más destacadas del jazz indonesio, participará junto a orquesta y al grupo folclórico de Sumatra Mataniari, en el concierto 'Sinfónico Indonesia'. Además, el reputado teclista ofrecerá el estreno mundial de su concierto para órgano Hammond y orquesta, compuesto a propuesta del director de la OCAS. Como adelanto al concierto del el grupo Mataniari, uno de los referentes de la música tradicional de la isla de Sumatra, actúa hoy viernes, a las 12 horas, en la plaza de España.

-¿Cómo surgió la idea de estrenar en el Niemeyer esta composición?

-Pues a propuesta del director de la Orquesta de Cámara de Siero. Coincidimos cuando estuvo en Indonesia y a partir de ahí me propuso hacer una composición que pudiera tocar con su orquesta.

-¿Cómo es ese concierto para órgano Hammond y orquesta?

-Yo creo que un sonido completamente nuevo y diferente a cualquier otra cosa, ya que mezclamos música tradicional balinesa con jazz y la parte sinfónica. Tiene una duración de unos veinte minutos y se divide en tres partes. La primera, titulada 'Celik', que en indonesio significa despertar, abrir los ojos a algo. La segunda parte titulada 'Lelapkan Malam', que significa «deja que la noche duerma», la compuse junto a Andreas Arianto, es un tributo a un joven amigo músico fallecido el mes pasado. Y la última parte, 'Amuk', furioso en indonesio

-¿Fue complicado fusionar todos esos estilos diferentes?

-Un poco sí. Sobre todo adaptarlo a una orquesta, para eso conté con la ayuda de mi amigo Andreas Arianto, que me ayudó con los arreglos.

-¿Qué diferencia hay entre el folclore balinés de su composición y el de Sumatra del grupo Mataniari?

-La música tradicional balinesa es más espiritual, más vinculada a la oración aunque ahora se ha popularizado mucho a través de las representaciones que se ofrecen a los turistas. El folklore de la región de Sumatra de la que viene el grupo Mataniari es muy diferente, aunque también comparte un espíritu religioso, es mucho más alegre. Allí se toca y canta mucho, la música está muy arraigada en la cultura popular. De hecho, las casas tradicionales constan de varios pisos y el último se reserva para tocar, y es donde se guardan los instrumentos. Se supone que allí, en la parte más elevada de la vivienda, se está más cerca de la divinidad.

-Este concierto forma parte del programa de cooperación internacional 'Vínculos' de la OCAS. ¿Qué le parece el proyecto?

-Tuve la oportunidad de ver cómo trabajan y lo que hacen durante su visita en Indonesia y conozco lo que han hecho en otros países como Marruecos o Guatemala. Es increíble y excepcional la implicación de unos jóvenes en llevar la cultura musical de manera solidaria a lugares remotos donde nunca se había visto un instrumento. Ver cómo los niños de aquellas aldeas se emocionaban al oírlos tocar fue increíble.

-Usted ya conocía Asturias. ¿Qué opina de nuestra cultura?

-Me encanta Asturias, su gente es muy abierta y su comida es increíble. De hecho, me sorprende que la gente sea tan cercana y cálida porque cuando piensas en una región del norte como esta esperas que la gente sea un poco más fría. Y la comida, como digo, buenísima.

-Y la sidra, ¿le gusta?

-Sí, sí, mucho también, desde el primer momento.

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