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RUTH ARIAS
AVILÉS.
Domingo, 7 de octubre 2018, 02:46
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Catedrático de la Universidad de Oviedo, experto en análisis geográfico, director del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) desde hace dos décadas y creador de la Universidad Itinerante del Mar. Con esas credenciales llegó hace algo más de dos años Fermín Gutiérrez para dirigir también el Centro de Servicios Universitarios de Avilés, una instalación singular dentro de la institución educativa que ofrece cursos de extensión, idiomas y para mayores además de ciclos de conferencias y otras actividades culturales.
-Continúa su marcha y yo diría que progresa adecuadamente. No se ha perdido ninguna actividad y se ha incorporado alguna nueva. Hay actividades organizadas por nosotros y otras que se hacen en colaboración con otras entidades.
-En los años 90 solo había curso de verano en Oviedo y Gijón. Luego empezamos a hacerlos en Mieres, a Ibias, Cangas del Narcea, Llanes... Sacábamos la Universidad para hacer cursos abiertos sobre problemas de actualidad relacionados con el entorno y con un acercamiento múltiple. No se daban créditos y venía algún estudiante universitario, pero la mayoría no lo eran. Luego, en un determinado momento eso se cerró, comenzaron a darse créditos y hubo una entrada masiva.
-Es que los cursos se convirtieron en una especie de clases que daban los mismos profesores, iban los estudiantes porque daban créditos. El ecosistema se llenó de estudiantes y el formato se estandarizó, y eso expulsó a los antiguos participantes. Se expandió demasiado y tuvo su techo y finalmente los estudiantes se aburrieron y eso se hundió. Y pasó lo mismo con los máster.
-Nosotros, desde el CeCodet, hacíamos uno muy bueno de Desarrollo Local, con el que estuvimos veinte años y estaba muy bien valorado. Pero luego llegaron los máster estandarizados con tasas artificiales, sin prácticas exteriores, y se fue perdiendo la ilusión y los estudiantes se fueron a los más baratos. Así pasamos de no tener casi nada a tener de todo, pero no todos los máster tenían calidad.
-Bueno, aquí seguimos con cursos de italiano o de inglés con mucha demanda.
-En Asturias hay una base y aquí se podría hacer. Todo es presentar una oferta, pero eso requiere muchas cosas. Las universidades extranjeras, que son las que mandan a la mayoría de los alumnos, extreman las cautelas, y enseñar a extranjeros requiere toda una logística, porque hay que alojar a la gente en algún sitio y garantizar la seguridad. Y suele ser necesaria una tradición, y en Avilés no se da ninguna de esas dos cosas.
-A medio plazo. Lo que necesitamos es una residencia en la comarca, y nosotros estamos intentando, desde esa perspectiva comarcal, abrir La Colonia de Salinas. Funcionó durante cien años y puede volver a serlo. Allí puedes alojar a estudiantes a precios económicos, con seguridad y en un sitio muy atractivo o a los que hacen el MIR en el hospital.
-Es un mercado muy competitivo y muchas universidades están peleando por ello. Hay que tener un buen curso, pero también procurar que los estudiantes se lo pasen bien, hagan amigos... Avilés tiene condiciones para una estancia agradable, pero falta una infraestructura. Se puede pensar en un curso de idiomas combinado con surf, y ahí hay un filón tremendo. Luego eso incentiva que aparezcan pisos y familias que quieran acoger a estudiantes.
-Veo que es factible, por supuesto, pero la Universidad de Oviedo ya lo tiene. ¿Es factible para Avilés? Sí, porque tiene un casco histórico fantástico, y al lado una playa estupenda. Se puede atraer a los que andan en bici, a los que hacen surf... pero no tenemos la tradición ni la residencia. No es fácil, como todas las cosas que arrancan, y hay que tener claro que hay mucha competencia, porque eso mismo lo hacen Santander, San Sebastián, Salamanca... Podemos pensar en el mercado chino, pero hay que ofrecer un paquete integrado.
-Hemos legalizado las cosas . Ya se identificó a los dueños y está escriturado, la naturaleza jurídica ya está aprobada...
-No. Había unos fondos propios que, increíblemente, se custodiaron. Hará falta algo más, pero se encontrará. Ahora solo hay que sacar el concurso arquitectónico para la rehabilitación del inmueble. Ya tenemos los permisos del Ayuntamiento y se creará esa plataforma en Salinas, que añadirá valor al centro de Salinas, y también se ajardinará la zona y quedará un sitio que ayudará a la comarca.
-Por seguir manteniendo lo que ya tenemos. La relación de la Universidad con Avilés es clave porque es aquí donde está la industria. Se habla de grados, pero se puede hacer un campus donde haya formación no graduada de nivel. Aquí están las cátedras de Dupont, de Arcelor... Este campus trabaja en silencio y no disputa grados, pero está creciendo. Y luego está esta tercera función de ayudar al desarrollo del territorio, donde se puede ser decisivo. Y en eso estamos.
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