El escenario musical de La Grapa cambia de sitio a última hora por decisión municipal

La lluvia no fue la peor de las inclemencias con las que se pudo encontrar ayer Víctor Velasco Recio, promotor del festival de La Grapa. Unas horas antes de que diera comienzo una nueva edición de este evento, tuvo que afrontar una contrariedad que no había imaginado, la negativa del Ayuntamiento a que el camión escenario se colocara en el centro del parque del Muelle por sobrepasar el peso permitido para esta zona.

Esta comunicación se produjo el jueves, a las diez de la noche, menos de veinticuatro horas antes del comienzo del festival, cuando todo estaba organizado para que el escenario se colocara en el paseo central. El peso máximo indicado es de 35.000 kilos, según sus datos, y el camión aludido no pasa de los 30.000 kilos, por lo que «está dentro del peso permitido y entra perfectamente». Sin embargo, «por una decisión del gobierno municipal, se nos ha dicho que no es viable y nos obligan a desplazar el camión principal a un sitio totalmente alternativo, a escasas horas de que comience el festival, con la repercusión que tiene», dijo sin perder la calma pero con enfado.

Finalmente, el contratiempo se solucionó con el traslado del escenario a la aledaña plaza de Pedro Menéndez, lo que ocasionó un retraso de una hora en el arranque de los conciertos, para enfado del público que había acudido en hora, las nueve, para disfrutar de los temas de The Soulers, responsables de abrir un cartel que ayer se completaba con Vanesa Collier, JP Bimeni y Travellin' Brothers.

El cambio de escenario y el retraso no fue el único problema, también los hubo con los permisos para la barra y las foodtrucks, Según Velasco, nunca les había pedido ningún permiso para ello, «pero ahora el Ayuntamiento se sorprende porque no hemos presentado ninguno y nadie nos ha pedido nada, después de cuatro años», dijo bastante indignado, tras haber sido rebicado a una plaza en obras.

La plaza, en obras

Velasco destacó el carácter internacional del festival, con bandas de prestigio «a las que les hemos ofrecido un gran espacio», y en esta ocasión, «nos encontramos con un sitio en el que no han terminado las obras y en el que la policía tiene que interpretar de nuevo el espacio y buscar soluciones de seguridad con menos de un día de antelación, cuando varios días antes ya habíamos presentado el festival en rueda de prensa con las condiciones determinadas».

La ubicación del festival se decidió en Semana Santa, cuando Las Meanas ya no estaba disponible por el festival de la cerveza. «Pedimos una alternativa, y queríamos llevarlo a Santiago López porque allí está su origen y es totalmente factible desviar el tráfico», pero el Ayuntamiento «se negó y nos garantizó que el parque del Muelle ya tendría las obras finalizadas, y vemos que no es así». Uno de los mejores festivales de España de este género musical «no puede permitirse este tipo de errores», zanjó.

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