La ría, una fiesta ornitológica

Desde las diez de la mañana y durante dos horas, se desarrolló una visita guiada por la cola de la ría. «Fue muy entretenida. Pudimos ver las primeras tercetas invernales, un cormorán y también un ejemplar de poyuela pintoja, que resulta difícil de observar», comentó Díaz. También destacó que la observación se completó con «unos siete u ocho ejemplares de martín pescador. Fue espectacular. Los vimos pescando y posados en un árbol», asegura. De esta manera, los participantes descubrían el paraíso para las aves en el que se ha convertido la ría de Avilés desde su saneamiento.

Además, durante la mañana unas 150 personas pasaron por el aula de interpretación de Zeluán. La asistencia obligó a doblar el taller de papiroflexia en el que se aprendía construir aves de papel. También hubo actividad constante en la caseta de observación ubicada en las inmediaciones de la charca de Zeluán.

La actividad continúo durante la tarde, con una docena de personas participando en un taller de prismáticos. Este instrumento óptico resulta fundamental para el seguimiento de las aves. En el taller, se explicaron las características necesarias en función de la observación que se iba a realizar, además de explicar diferentes trucos para sacarles el mayor partido a los equipos.

David Díaz no ocultaba la satisfacción de Mavea por la masiva participación en este Día Internacional de las Aves.