Florentino Portero, analista de política internacional: «Si Europa habla con una sola voz entonces sí puede contar en el mundo»

Tras el ciclo histórico que se extendió aproximadamente desde el fin de la II Guerra Mundial hasta la Gran Recesión del año 2008, según fijó el analista Florentino Portero, se están viendo los efectos de «un conjunto de circunstancias que tienen que ver con la globalización, con la revolución digital y con una revaluación de los intereses por parte de cada uno».

La significativa revaluación de intereses de los Estados Unidos, que «durante mucho tiempo consideró que era su interés nacional imponer un orden liberal en el mundo y mantener unas relaciones muy estrechas con Europa» es ahora «cómo ganar la revolución digital y cómo 'combatir' con China el futuro liderazgo internacional». Este cambio ha sacudido todo el mundo, no solo el occidental, y en concreto Europa se ha quedado «perpleja».

Sin embargo los ponentes creen que Europa tiene margen de maniobra si actúa como un estado unido, lo cual no se antoja una tarea sencilla. Portero, por ejemplo, considera que si «Europa asume las competencias de un estado y habla con una sola voz y entonces sí puede contar en el mundo o si no se vuelve a que sean los estados los que hagan lo que cada uno pueda, pero ningún estado europeo tiene tamaño suficiente para poder jugar en esta liga».

Javier Rupérez cree que «hay que volver a las normas básicas, a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa y al Acta de Helsinki, que era y sigue siendo la base para el entendimiento». «Tenemos que tener en cuenta que los Estados Unidos han cambiado radicalmente de comportamiento. Ya no es la potencia dirigente del mundo democrático occidental y consiguientemente tenemos que buscar alternativas. La alternativa es Europa. Europa tiene que reforzarse, tiene que unificarse, tiene que realmente convertirse en una potencia significativa» y para ello le falta «una unidad nacional». «En el fondo tendríamos que imaginar a Europa convertida en una federación de naciones», incidió.

Eso pasa por «reducir las diferencias y atraer al consenso europeo a esos estados que juegan por libre» para lo que «habrá que buscar opciones políticas que contemporicen más con la clave europea». En Polonia, tal como apuntó Javier González Vega, se consiguió, pero «sigue habiendo muchos desafíos» en otros países que van por libre.