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James Rhodes, en el auditorio del Niemeyer. MARIETA
«Hay muchos gilipollas que quieren que la música clásica sea solo para ricos»

«Hay muchos gilipollas que quieren que la música clásica sea solo para ricos»

El piansita británico James Rhodes estará esta tarde en una charla en el Niemeyer

giovanna f. bermúdez

Martes, 22 de octubre 2019, 14:28

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Acercar la música clásica a todos los públicos, ese es el objetivo principal y el sueño que persigue el pianista y escritor británico James Rhodes, que participará hoy a las 20 horas en una charla con el periodista y musicólogo Pep Gorgori en el centro Niemeyer, dentro del ciclo Palabra.

El músico, residente en Madrid, considera que entender y escuchar la música clásica es un derecho humano y asegura que una buena parte de esta industria quiere reservar este privilegio para la gente de clase más alta, «hay muchos gilipollas dentro del mundo de la música clásica que no quiere ver a adolescentes con vaqueros en conciertos de piano, quieren que esta música siga siendo únicamente para la gente rica, es un mundo muy esnob».

Rhodes, que presentará esta tarde en Avilés su último libro titulado 'Playlist', invita a todos los adolescentes que hoy estén definiendo su futuro y que tengan miedo a dedicarse a las artes, a que lo hagan, tal y como él lo hizo, «mis padres no querían que fuera al conservatorio, querían que estudiara una carrera universitaria y yo dije, aunque suene mal, 'que les den, ¿de verdad el mundo necesita más banqueros?' Ninguna profesión es fácil pero el arte también puede ser un hobby».

Para el pianist,a que habla en su libro de los revolucionarios de la musica clásica como Bach, Beethoven o Chopin, hay varios rebeldes que están marcando el panorama musical actual en España, como puede ser Rosalía. «Coger un un género como el flamenco tan clásico y acercarlo a toda una generación es algo por lo que se la va a recordar dentro de muchos años».

Rhodes, que se ha declarado en redes sociales enamorado de Avilés, asegura que sobre todo le ha llamado la atención la arquitectura del casco antiguo,«desde mi hotel veo unas viejas casas de madera perfectamente pintadas de colores en la que me encantaría vivir y que pintaría orgulloso cada tres meses para que siempre lucieran así».

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