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Cuando no falta demasiado tiempo para que los grupos políticos municipales comiencen a negociar las tasa, impuestos y precios públicos para el año que ... viene, un informe de la patronal asturiana dado a conocer hace unos días planteaba la necesidad de bajar algunos impuestos para fomentar la actividad empresarial. En concreto, en Avilés proponía bajar el tipo del IAE, además de bonificar al IBI a los inmuebles dedicados a la actividad empresarial o la viñeta. El gobierno local, sin embargo, considera que «la presión fiscal sobre el tejido productivo de nuestra ciudad no se encuentra entre las más elevadas, sino todo lo contrario, estamos en una buena posición en comparación con otros municipios del entorno», según asegura la concejala de Hacienda, Raquel Ruiz.
La edil recuerda que «las políticas fiscales que se han aprobado en los últimos años en Avilés incluyen medidas pensadas precisamente para favorecer el desarrollo empresarial». En el caso del Impuesto de Actividades Económicas (IAE), un gravamen que se aplica a las empresas cuya cifra de negocio anual se encuentre por encima del millón de euros, para el que «existen bonificaciones del 50% para aquellas empresas que inicien actividad y aumenten su plantilla». La Federación Asturiana de Empresarios (FADE) pide ir más allá y reducir el coeficiente y, además, mantener esas deducciones. Ruiz incide, por contra, en que «tenemos uno de los coeficientes más bajos de la comarca, lo que reduce la carga fiscal para las empresas». Recuerda igualmente la concejala que, aunque la FADE considera que hay margen para rebajar el impuesto de construcciones y obras, este ya contempla una bonificación del 50% en las reformas vinculadas al inicio de nuevas actividades empresariales.
«Parece que últimamente existe una especie de carrera por ver quién baja más los impuestos y, al mismo tiempo, aumenta la exigencia por reforzar los servicios públicos», señala Ruiz, que pide reflexionar sobre este asunto porque «este debate debe abordarse de forma conjunta en el marco de las negociaciones del presupuesto y también de las ordenanzas fiscales». La apuesta del gobierno socialista es por «una fiscalidad equilibrada, justa y orientada al desarrollo económico, pero también que garantice unos servicios públicos de calidad».
También los socios de gobierno, Izquierda Unida, tienen esta visión: «La administración tiene que tener suficientes recursos para mantener los servicios». Su portavoz, Agustín Medina recuerda que «la Fade suele lanzar esta receta, para adelgazar la administración, pero nosotros no lo vamos a apoyar».
Sobre este punto pone también el acento Podemos, cuyo líder municipal. David García, que considera que aplicar esas reducciones «supondría una merma significativa en la recaudación municipal, limitando los recursos disponibles para garantizar servicios públicos de calidad a la ciudadanía».
García defiende que la política fiscal «no puede construirse a medida de las grandes compañías mientras los pequeños negocios, autónomos y familias siguen afrontando una carga fiscal desproporcionada». Plantea la formación morada que se oriente la reducción de impuestos «a quienes más lo necesitan», y no a quienes «ya cuentan con ventajas estructurales y mayor capacidad contributiva».
En el extremo contrario se encuentran Partido Popular y Vox, que se alinean con la Fade en su defensa de una menor carga fiscal a las empresas. «Es una de las propuestas que hacemos cada año, y esperamos que ahora que lo hacen los empresarios lo tengan más en cuenta», pide la portavoz popular, Esther Llamazares, que hace hincapié en que el IAE se cobra sobre la facturación, y no sobre los beneficios, lo que puede generar desajustes «independientemente de los tipos que se apliquen».
«La propuesta de la Fade nos parece muy acertada y oportuna, y creemos que el gobierno local debería tenerla muy en cuenta», añade la edil, que pide además valorar que «estamos en un mercado global, en el que los territorios ofrecen sus atractivos a las empresas, y aunque Avilés pueda tener una serie de ventajas como su ubicación, sus infraestructuras o su calidad de vida, no somos los únicos, porque competimos en un mercado muy amplio, y fiscalmente no somos competitivos ni como autonomía ni como Ayuntamiento».
La portavoz de Vox, Arancha Martínez Riola, va más allá y asegura que «Asturias es un infierno fiscal donde la inversión brilla por su ausencia, por tanto, se debe hacer un esfuerzo en todos aquellos ámbitos posibles para atraer capital y especialmente grandes empresas», y pide que «si queremos que el suelo industrial de baterías sea exitoso y no se convierta en otra Zalia debemos poner en marcha estos mecanismos».
Martínez Riola cree que «tenemos grandes competidores en inversión como Siero o Corvera que si son capaces de captar inversiones y, mientras tanto, Avilés no deja de perder oportunidades».
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