La víctima abandona junto a su abogada el Juzgado en un coche de la Guardia Civil. PATRICIA BREGÓN

Prisión incondicional por un delito de violencia de género para el hombre que se atrincheró en su vivienda

El detenido no ha reconocido los hechos. Tiene antecedentes por violencia de género hacia otras mujeres

J. F. G.

AVILÉS

Domingo, 29 de julio 2018, 12:56

El juez del Juzgado número 5 de Avilés ha decretado prisión incondicinal comunicada y sin fianza como presunto autor de un delito de violencia de género con lesiones para el hombre detenido ayer en Coto Carcedo tras amenazar gravemente a su pareja en un restaurante de Avilés y atrincherarse después en su vivienda . El acusado no ha reconocimiento de la autoría de los hechos pero constan antecedentes por violencia de género no hacia esta víctima sino hacia otras mujeres.

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El acusado, de 51 años y cuyo nombre responde a las iniciales J. A. L. L., fue detenido pasadas las nueve de la noche de ayer tras atrincherarse durante unas tres horas en un piso de Coto Carcedo después de haber amenazado e insultado gravemente a su pareja durante una fuerte discusión desatada a la hora de comer en un céntrico restaurante de Avilés.

Una vez en la vivienda, domicilio de la pareja y de tres menores, amenazó con quitarse la vida y con prender fuego al piso, y se puso en contacto con la Guardia Civil para hacer públicas sus intenciones y requerir la presencia de un negociador. Fuentes del cuerpo aseguran que manifestó que le perseguía la Policía Nacional y que no quería tratar con ella, solo con la Benemérita, exigencia que a la postre consiguió.

Los agentes no tardaron en rodear el edificio, situado en la parte posterior de Coto Carcedo, en una calle de sentido único a la que solo se accede a través de la propia calle, acordonaron la zona y abrieron una larga e intensa negociación, un toma y daca verbal que finalmente llegó a buen término.

El hombre depuso su actitud y abandonó el piso sin causar daños físicos ni a él ni a terceros ni tampoco materiales y sin ofrecer resistencia. Una vez detenido, fue trasladado al Hospital Universitario San Agustín ante la posibilidad de que sufriese algún tipo de trastorno o shock emocional producto del grave altercado que protagonizó o de que estuviese bajo los efectos de alguna sustancia.

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En un principio se le atribuye un presunto delito de amenazas, a la espera de lo que determinan las investigaciones abiertas por la Policía Nacional de Avilés, que se ha hecho cargo de las diligencias.

Los dos hijos se quedaron en el exterior de la vivienda de Coto Carcedo, sin que se pueda precisar si por voluntad propia o de su progenitor. Una vez en el interior fue cuando llamó a la televisión autonómica y también a la Guardia Civil con la intenciones anteriormente referidas.

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Los primeros en llegar fueron los agentes destinados en el cercano puesto de Piedras Blancas y poco después se incorporarían al operativo refuerzos procedentes de la capitanía de Avilés, con su comandante, el capitán Mariano Revuelta, al frente, así como de la policía judicial de la Comandancia de la Guardia Civil Gijón, a la que pertenece el negociador, bajo las órdenes del comandante Lobo.

El negociador tuvo que echar manos de su experiencia y sus recursos. En un primer momento la conversación se entabló por el interfono y pocos después se trasladaron al rellano de la tercera planta, sin que fuese necesario desalojar el inmueble. Tras las amenazas iniciales el agente fue 'suavizándolo' progresivamente hasta convencerle de que la mejor opción para todos y muy especialmente para él era que se entregase voluntariamente y sin causar más daños. Así hasta que unas tres horas después se convenció de que era la única salida razonable y accedió a abandonar la vivienda.

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No lo tuvo fácil. Al parecer se había encerrado en ella de tal manera que no conseguía abrir la puerta, por lo que después de varios intentos y tras descartar la posibilidad de echarla abajo la Guardia Civil decidió recurrir a los servicios de un cerrajero. Una vez hizo su trabajo todo sucedió con rapidez. El hombre se entregó, y tras comprobar que iba desarmado los agentes lo introdujeron en un coche patrulla que lo trasladó al Hospital San Agustín.

Durante la comida

Todo empezó en el restaurante. Según distintos testimonios recabados por este periódico, la pareja se encontraba comiendo en su interior junto a tres menores, dos hijos de él, de 14 y 17 años, y uno de ella, en los tres casos fruto de relaciones anteriores. Cuando ya llegaban a los postres la pareja se enzarzó en una discusión que no tardó en adquirir tintes de violencia, con fuertes insultos por parte del hombre.

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El nivel de los improperios causó alarma entre los clientes del restaurante ubicado en la calle de San Francisco. Uno de ellos, ya entrado en años, decidió intervenir con ánimo de rebajar la tensión, consiguiendo el efecto contrario, ya que se enfrentó a él. En un momento de la discusión el hombre le arrebató a su pareja el bolso, en el que portaba la llaves del coche y de la vivienda que comparten en Coto Carcedo, sita en la tercera y última planta del número tres de la calle Monte Agudo.

Acto seguido se marchó hacia allí acompañado de sus dos hijos. La mujer y el tercer menor permanecieron en el restaurante. No quiso salir tras él «porque me va a matar», advirtió a los presentes, y presa de un ataque de ansiedad fue conducida al Hospital Universitario San Agustín, donde en un primer chequeo no se le apreciaron signos de violencia. Mientras, alguien había avisado a la Policía Nacional.

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