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Natalia Tielve, Rubén Domínguez y Daniel Fernández, al inicio de las jornadas. MARIETA
«Hay instalaciones que son muy fácilmente reutilizables»

«Hay instalaciones que son muy fácilmente reutilizables»

El colectivo entrega el informe con sus propuestas tanto al gobierno municipal como al Instituto de Patrimonio Cultural

R. A.

AVILÉS.

Martes, 26 de noviembre 2019, 01:34

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«Las primeras planimetrías de las baterías las hizo una empresa en Essen», cuenta el historiador Rubén Domínguez. Se da la circunstancia de que allí se encuentra el complejo industrial de Zollverein, uno de los mejores ejemplos de recuperación del patrimonio industrial, reconocido por la Unesco y que hoy es un centro cultural. Domínguez lo quiere interpretar como un augurio de que en Avilés puede pasar algo parecido, de que las instalaciones de baterías de cok van a poder tener una segunda vida, «como industria, como centro cultural o como lo que se quiera», plantea.

El informe interdisciplinar sobre baterías de cok ya obra en las manos del gobierno local y en también en las del Instituto de Patrimonio Cultural de España. A partir de ahora, tras su presentación, comenzará a ser remitido también a los grupos de la oposición para su estudio. Son algo más de una veintena de páginas editadas en un cuadernillo que recoge su importancia histórica y arquitectónica, la protección jurídica que no tienen y que los autores consideran que deberían tener, un pequeño listado de ejemplos de instalaciones industriales que se han reciclado con éxito y dos propuestas de conservación, una de máximos y otra de mínimos. «Entendemos que no se puede conservar todo, pero mantener elementos aislados sin dejar al menos una batería dificultaría una lectura histórica coherente», defiende Domínguez.

Un equipo de historiadores, historiadores del arte, arquitectos y geógrafos se ha venido reuniendo periódicamente durante los últimos dos meses para elaborar este documento presentado ayer y que aboga por proteger y conservar parte del patrimonio de baterías de alguna manera que posibilite su uso futuro. «Hay instalaciones, como los almacenes o los gasómetros, que son muy fácilmente reutilizables porque son diáfanos», señala.

Reconoce que lo más difícil de reutilizar son las propias baterías y las chimeneas, aunque considera que estas últimas son «un elemento muy visual que está en la retina de los avilesinos». Lo que no todos saben es que no son las originales. En los años 50 se construyeron de ladrillo, «y estaban decoradas en su parte superior». Al cabo de unos años, en los 70, se sustituyeron por las actuales, de hormigón.

La decisión final sobre los elementos que se conserven dependerá de Sepides y del gobierno local, pero en el Alfoz de Gauzón ya miran a edificios como el taller o la fábrica de sulfatos.

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