Javier Ojeda, durante una actuación el año pasado en Cádiz. Antonio Vázquez

Javier Ojeda

Cantante y antiguo líder de Danza Invisible
Javier Ojeda, cantante: «Siento que estoy viviendo una especie de segunda juventud»

El antiguo líder de Danza Invisible reconoce que solo tiene ocho temas preparados para su actuación este sábado en el festival La Mar de Ruido de Avilés, el resto los irá eligiendo sobre la marcha en función de la noche

Viernes, 15 de agosto 2025, 22:34

Con 43 años de carrera a sus espaldas, a Javier Ojeda no le hace falta demostrar nada sobre el escenario. Si el que fuera líder ... y fundador de Danza Invisible sigue subiéndose a ellos es porque le encanta hacer disfrutar al público y pasárselo en grande con él. Ese es el objetivo del concierto que ofrece este sábado 16 en el Festival La Mar de Ruido, en el Parque del Muelle. Las actuaciones comienzan a las 21 horas.

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–En el concierto que ofreció en La Mar de Ruido hace algunos años con Danza Invisible, a pesar de las dimensiones del escenario, hizo un montón de kilómetros. ¿Sigue en buena forma?

–Yo me desenvuelvo bien en cualquier tipo de escenario. La única pequeña tristeza que tengo es que la actuación de Avilés casi surgió al mismo tiempo que la que doy al día siguiente en un pueblo de Valencia. ¡Con lo que me hubiera gustado quedarme un día más en Asturias!

–Ahora viene en solitario, como Javier Ojeda. ¿Qué va a ver el público?

–Creo que la gente va a disfrutar muchísimo. Llevo un repertorio de ocho canciones fijas y el resto varía según el concierto y el ánimo personal. Danza Invisible se separó definitivamente el año pasado y ahora toco sin reparo algunos temas que no tenían cabida con la banda. No van a faltar los clásicos, así como algunas canciones de mi carrera en solitario, pero ahora tengo más libertad. Son canciones que yo creo que habían sido injustamente apartadas y lo mejor es que creo que tengo a la banda perfecta para llevarlas al directo porque está ilusionada y cohesionada. Estamos en un momento óptimo.

–¿Cómo son esos temas?

–Cuando llevas muchos años con una banda de trayectoria consolidada siempre hay cierta servidumbre y puedes caer en la rutina de tocar todos los años algo parecido, que a la larga es negativo. Y es una pena porque hay temas fantásticos. He rescatado, por ejemplo, una canción del año 2001 y, a veces, la gente me pregunta si es de mi carrera en solitario y no.

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–Aunque lleva años cultivando su carrera en solitario, ¿Cómo se siente ahora que ya es oficial que vuela por su cuenta?

–El año pasado, en el último concierto con Danza, hubo momentos de nostalgia, porque siempre nos hemos llevado muy bien y sobrevino toda esa sensación del tiempo pasado. Este año siento que estoy viviendo una especie de segunda juventud. Afortunadamente tengo la vida resuelta, por eso quiero disfrutar y hacer disfrutar. Hace nada llegó el manager y nos dijo que siguiéramos así porque le estaban llegando referencias buenísimas sobre las sensaciones que está provocando esta gira.

–¿Hay mucho nostálgico entre el público?

– Los que empezamos en los ochenta tenemos nuestro sello y no nos vamos a poner a hacer techno ni reggaeton, que son géneros que no manejamos. Yo trato de que las canciones suenen bien y simplemente meto algún arreglo si veo que un tema se me antoja desfasado.

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–Tengo entendido que es muy maniático y que apunta todas sus actuaciones y sabe exactamente dónde ha tocado y en qué año.

–Mucho, mucho, soy muy maniático. Ahora mismo dos manías en la cabeza: tocar en Monturque, un pequeño pueblo de Córdoba que apenas llega a los dos mil habitantes, que es el centro geográfico exacto de Andalucía y además es el pueblo de mis ancestros, y actuar en Palos de la Frontera, que es el único municipio costero andaluz en el que no he tocado.

–Aparte de compositor e intérprete, es organizador de festivales.

–De dos. Hay uno pequeñito que me entusiasma, que se celebra el 1 agosto en Estepona, en la Playa del Ángel, y se llama La Movida Flamenco. Junto a Daniel Casares, llevamos artistas de nuestros respectivos es y los promotores solemos intervenir. Este año fueron Diego de Morao y Pedro Guerra. Fue muy bonito. Aparte, junto a otras cuatro socias, organizamos un festival mucho más grande, el Fulanita Fest, que el año pasado reunió a ocho mil personas en Fuengirola. Es el festival LGTBIQ+ femenino más importante de Europa. Está enfocado a lesbianas porque siempre he pensado que es un colectivo un poco ninguneado, incluso dentro del mundo LGTB. Fue una idea loca mía y encontré a las socias adecuadas.

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–¿Cree que hay una burbuja de festivales de música?

–Sí. Y aprovecho para decir que los precios de los artistas están total y absolutamente inflados. De hecho se rumorea que van a caer muchos festivales el año que viene porque es imposible ganar dinero con esos precios. Antiguamente había muchos apoyos municipales y esponsors que ahora se están retirando. ¿Cómo amortizas todas esa inversión en el festival más el pago de cachés?

–Dice que tiene la vida resuelta. ¿Para tanto dan los derechos de autor?

–En absoluto. Esta es una profesión maravillosa y no me quejo porque me considero un privilegiado, pero la gente desconoce por completo el tema de los derechos autores y se cree que vivimos de las reproducciones de Spotify. Y si te digo cuanto se paga, no te lo crees. Por supuesto que nuestra Sociedad General de Autores tiene muchísimos problemas y deficiencias pero la sociedad se escuda en ello para escamotear un pago que es algo perfectamente asumido en el resto de Europa.

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