«Había un sector minoritario en la Iglesia que nos despreciaba como curas obreros»
Varios sacerdotes explican su papel en el tardofranquismo y piden la recuperación de una memoria «que es importante no olvidar»
La celebración de la mesa redonda 'La Iglesia en el Tardofranquismo: Los Curas Obreros' en el Palacio de Camposagrado, en el marco de las ... VII Jornadas de Memoria Democrática de Avilés, terminó con deberes. Los de recuperar una memoria «que es importante no olvidar y ver si somos capaces de recrear de manera diferente y en situaciones diferentes lo que ellos dieron a la sociedad».
La petición de 'Chuso', Jesús Manuel Álvarez Álvarez, el «cura menos obrero de todos», como él mismo se definió, fue secundada por Alejandro Alas Suárez, Jesús Ángel Fernández Fernández, Jesús Manuel Álvarez Álvarez y José María Álvarez Rodríguez, el resto de participantes en unas jornadas organizadas por la Plataforma por los Servicios Públicos de la Comarca de Avilés en colaboración con la Concejalía de Memoria Democrática y la Fundación Juan Muñiz Zapico.
Explicó Chuso antes de iniciar su intervención que en Asturias habrá habido algo más de medio centenar de curas obreros, «algunos muy importantes» como Jesús Naves, Carlos Huelga o Gaspar García Laviana. En Avilés, estuvo Toño Noval (José Antonio), «uno de los primeros despedidos de Endasa, que luego siguió como cura obrero rural con Luis Arias, en La Espina de Tineo, con una cuadra de cría de xatos».
En un modelo de Iglesia elitista y afín al régimen franquista, los curas obreros «querían hacer algo tan sencillo como acercar el Evangelio a la clase trabajadora y hacer visible una Iglesia que no fuera aliada del poder ni del franquismo».
Desempeñaron un rol importante porque, aparte de evangelizar, «colaboraron profundamente en la organización de la clase trabajadora, en el nacimiento de los sindicatos y en los barrios con las asociaciones de vecinos».
Sin embargo, la mayor parte de ellos fue chocando con la Iglesia y se fue secularizando porque, como explicó Alejandro Alas, «había un sector minoritario, pero yo quedé asustado, que nos despreciaba». Resaltó Alas el papel del que fuera arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, que «se vio un poco arrinconado porque no tenía nada que ver con el resto del Episcopado, era de lo más sano que había». Censuró, además, que la Iglesia no haya perdido perdón por su colaboración con el régimen.
Aunque sigue habiendo curas obreros, entraron en declive por los conflictos de la jerarquía y la llegada de Juan Pablo II «significó un parón muy importante».
Las jornadas continuarán el próximo mes de noviembre con la inauguración de dos exposiciones fotográficas sobre la transición en Avilés y en Asturias, y sendas mesas redondas en las que se abordará la legalización de los partidos políticos y los sindicatos en la transición.
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