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Rosa Montiel, apoyada en la barra que abandona en unos días. OMAR ANTUÑA
Veintisiete años que continúan

Veintisiete años que continúan

Moliendo Café festeja el próximo sábado 29 la jubilación de sus propietarios con un un pincheo y un concierto

C. R.

AVILÉS.

Martes, 18 de diciembre 2018, 02:39

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Ya lo anunciaron en la celebración de su veinticinco aniversario y ahora lo confirman. Termina una época en la cafetería 'Moliendo Café'. Alfredo Rodríguez y Rosa Montiel traspasan el negocio tras veintisiete años al pie de cañón y lo celebrarán el sábado 29 con una fiesta con corte de jamón a cargo de Avelino Faes y concierto de Fer Chacón. Será su forma de decir adiós y gracias.

«La hostelería quema mucho y aunque Alfredo no estaba por la labor, yo terminé de convencerlo», reconocía ayer Rosa Montiel, que dejará el negocio en manos de Begoña Redonda, la que ha sido su camarera durante veintiún años. Han sido 27 años de intenso trabajo, con jornadas desde las siete de la mañana a las once de la noche de domingo a jueves y los fines de semana hasta las tres de la mañana. «Solo nos cogíamos ocho días de vacaciones al año, ahora tenemos previsto descansar y viajar, conocer un poco porque en las vacaciones solo queríamos descansar», explicaba.

Estas cerca de tres décadas al frente de la cafetería han sido como «una montaña». «Al principio fue malo, malísimo, con todas las obras de la calle, que la levantaron tres veces; luego ya vino toda la movida para aquí y llegó la mejor época; ahora estamos normal», asegura.

«La hostelería quema mucho, aunque Alfredo no estaba por la labor de jubilarse»

En cualquier caso, estos años dejan muchas anécdotas y amigos en la memoria desde que su marido y ella decidieron coger el traspaso de esta cafetería que, haciendo honor a su nombre, lo que más vende es café. Alfredo era hostelero, pero ella no sabía ni coger una bandeja. Eso sí, tenía tablas detrás del mostrador. «Yo había trabajado desde los dieciséis años en tiendas de ropa y en otros comercios, pero no tenía ni idea ni de lo que era un Rioja ni un Albariño», confiesa. Aprendió rápidamente y desde entonces no ha hecho otra cosa.

«Alfredo cumplió 63 años a principios de diciembre y a él no le hubiera importado tirar un poco más, pero yo ya estoy cansada y, además, tenemos a las hijas colocadas, así que insistí y...», lo consiguió. Seguramente, el negocio estará algunos días cerrado a partir del sábado 29 para solucionar el papeleo que requiere el traspaso, pero tan pronto como pueda volverá a estar 'moliendo café' para sus clientes.

Peatonalización

La cafetería ganó presencia con la peatonalización de la calle, con más mesas en el exterior que dentro del local. En el negocio se da cita todo tipo de público que, en función de la hora y el día de la semana, se decantan por un café o una copa. Rodeado por bares musicales, Moliendo Café siempre ha sido el refugio de los que buscaban disfrutar de una consumición en un ambiente más tranquilo y menos musical que el de otros locales hosteleros vecinos de barrio.

Cuando hace dos años celebraron los veinticinco años, el matrimonio optó por una celebración con el mismo formato que la del próximo sábado: un corte de jamón y una actuación. En aquel momento fue del grupo La Movida.

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