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FERNANDO DEL BUSTO
AVILÉS.
Lunes, 7 de enero 2019, 03:57
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Lo suyo no son solo los baños de masas, las multitudes. Los Reyes Magos también disfrutan de la cercanía, del contacto tú a tú como lo demostraron ayer en su visita a tres residencias de mayores de la ciudad: los dos centros de Establecimientos Residenciales de Asturias (ERA) y la residencia de Ancianos de Santa Teresa de Journet en San Cristóbal.
«Después de la cabalgata, nos acercamos hasta el hospital a ver los niños y ahora estaremos con los mayores», comentaba Melchor nada más llegar a la residencia de El Nodo. El ajetreo de la noche motivó que dejasen los camellos y caballos por la comodidad de tres taxis con los que se desplazaron por Avilés. Al llegar, Melchor, Gaspar y Baltasar fueron recibidos con una copa de sidra achampanada y roscón de Reyes. El personal de El Nodo, con 134 residentes, familiares y mayores aplaudieron su entrada.
Después, comenzaron las escenas que se repitieron constantemente: abrazos, besos y fotos... muchas fotos. Las familias aprovecharon para inmortalizar el día de Reyes. No todos los seis de enero se puede posar con Melchor, Gaspar y Baltasar. Tanto en Los Canapés como en El Nodo, el ERA facilitaba a los Reyes un pequeño obsequio para entregar a los residentes: este año, una radio. Baltasar renovaba su declaración de buenas intenciones invitando a todos a compartir, a la igualdad y la justicia.
Los mayores agradecían la visita. Carmen Díaz Nunes o Josefina González aseguraban estar «felices» con la visita real. Las lágrimas en los ojos en más de una persona demostraron la emoción del recorrido.
Después de El Nodo, la siguiente parada era la residencia de Los Canapés, con ochenta residentes, además de treinta personas en el centro de día. Mercedes Delgado y Engracia Cuervo eran dos de las residentes que aguardaban en el vestíbulo de entrada la llegada de los Reyes. No ocultaban su ilusión por una visita tan especial. Eugenio Gutiérrez Fernández, presidente de la asociación de familiares, también vivía con alegría la mañana.
Cuando aparecieron, la megafonía del centro anunció su llegada. Nuevamente, se repitió la escena con numerosas fotos con las familias.
El asilo de San Cristóbal, con 180 residentes, ponía fin a la matinal de Sus Majestades. Acompañados por la Superiora de la Casa, los Reyes recorrieron las instalaciones para sorpresa de más de uno. Y es que ya habían tenido una visita real en la tarde del sábado. Pero nunca se rechaza un abrazo. Y más cuando viene de un Rey Mago.
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