Un museo en el Ayuntamiento

En las paredes de la casa consistorial pueden descubrirse los rostros no solo de José Francés, sino también de Bances Candamo, Carreño Miranda, González Abarca o Julián García San Miguel, marqués de Teverga. Lugar destacado ocupa desde siempre el retrato de Pedro Menéndez de Avilés en el salón de recepciones. Su autor, sin embargo es desconocido. La obra que puede verse en Avilés fue realizada a partir de un dibujo de José Camarón, grabado en cobre en 1791, que pasa por ser prácticamente la única imagen del ilustre marino.

Quizás la obra de mayor valor sea el retrato de la reina María Luisa de Orleans, primera mujer de Carlos II, pintada por Carreño Miranda. Era reina en el momento en el que se inauguró el palacio municipal, y por este hecho tener el cuadro allí tiene mayor importancia. El cuadro fue donando al consistorio por Don Anselmo González del Valle y Fernández Miranda, pasó por el Instituto Central de Restauración en 1971 y desde entonces cuelga también en el salón de recepciones.

No demasiado lejos aparece el propio Carreño Miranda, pincel en mano, tal y como lo imaginó en 1957 Gonzalo Pérez Espolita, basándose en un grabado anónimo de la Biblioteca Nacional de Madrid. Curiosamente tras el pintor colocó Espolita una de sus obras, 'El martirio de San Esteban', una obra que el avilesino creó en 1956, cuya reproducción, realizada por encargo del propio Ayuntamiento a los copistas del Museo del Prado, también se exhibe en el mismo salón. No es la única copia de una obra de Carreño que hay en la casa consistorial, que también cuenta con una reproducción del retrato del embajador ruso en España, Pedro Ivanowitz Potemkin, fechado el original en 1681.

Llamativa es la historia del retrato anónimo de Bances Candamo, que fuera recuperado de los desvanes del Ayuntamiento en 1956. En esa misma operación fue recuperado también el retrato de Fray Felipe González García, obispo de Ibiza y Santander, también anónimo.

En paredes consistoriales aparece también Fray Valentín Morán Menéndez, que fue obispo de Canarias entre 1751 y 1761, cuando regresó a su Avilés natal para volcarse en obras de caridad en Sabugo, y Julián García San Miguel, segundo marqués de Teverga, pintado por Dionisio Fierros, y obras más actuales como un retrato del rey Juan Carlos I de Favila y las 'Sardineras' de pintor local Adolfo Aguado.