El Nodo inicia tres meses de obras que mejorarán la movilidad y regularán los aparcamientos

La ejecución del proyecto comenzó a principios de mes para rebajar aceras y pintar los pasos de peatones hasta ahora inexistentes en toda la parte alta, y ayer la maquinaria y obreros se encontraban a la altura del parque infantil. Según está estimado, finalizarán en tres meses. Cuando terminen, lo que hace cien años se creó como un poblado de pescadores tendrá una cara más urbana y un aspecto más cercano a la ciudad.

Aunque las obras afectan a la mayoría de las calles, trece de ellas serán asfaltadas, se ha comenzado por la parte más baja y el barrio presenta un aspecto tranquilo.

El Nodo perderá aparcamientos y ésta es una de las preocupaciones de los vecinos. Sin embargo, muchos de los que se utilizan en la actualidad responden a plazas ilegales ocupadas en carriles de circulación. Como aseguró el responsable de la asociación vecinal, José Luis Rodríguez Rodríguez, «en calles de entrada y salida se está utilizando una de las vías para aparcar y eso no puede ser, tiene que estar regulado».

Hace mucho tiempo que El Nodo espera la puesta en marcha de estas obras y ahora la percepción es que «el barrio va a quedar muy bien». En ese sentido pidió «calma» para los vecinos que están «un poco recelosos con los aparcamientos, pero igual les pasa a los que viven en la calle Rivero, hay que acostumbrarse a no aparcar en la puerta de casa».

Tal como dijo, «sabemos que va a haber una reducción de plazas, pero más que nada se van a alejar de algún portal en lugares habilitados para ello, porque hay que pensar en la seguridad», comentó Rodríguez.

«Aquí hay mucha gente mayor y cualquier incidente que pueda surgir en una casa donde tenga que entrar una ambulancia hoy lo tendría muy complicado o lo mismo un vehículo de bomberos porque no pueden pasar». Por eso, «hay dos prioridades, una que haya circulación y otra buscar comodidad, pero las dos cosas resulta complicado porque es un barrio muy antiguo, pensado para otro tipo de uso». Los coches lo han colapsado y el portavoz vecinal insiste en que «no todos los que aparcan aquí son del barrio y la mitad son venidos de fuera».

Es un espacio muy apetecible para aparcar de manera gratuita por su cercanía al centro, de ahí que una de las peticiones de los vecinos sea que se regule bajo parquímetros. Por eso José Luis Rodríguez comentó que «la pretensión es que se quede como un barrio residencial y para ello habría que implantar el servicio de la ORA porque así defendemos los intereses de los residentes».

Sin embargo, el concejal de Servicios Urbanos y Movilidad, Pelayo García, desechó esta posibilidad por el momento. «No está previsto implantar la ORA. Sabemos que hay varios vecinos que la piden, pero no está previsto», enfatizó.

En opinión del edil, con estas obras «se regularizan los aparcamientos ilegales, por estar ocupando actualmente un carril en travesía de la Iglesia, ya que ahora se cuenta con cero aparcamientos debido a coches que están mal aparcados y que después estarán bien, sobre todo en las calles Bergantín y Carabela». E insistió en que «se hacen los sentidos únicos para regularizar todo lo posible esos aparcamientos que ahora no lo son».

Respecto a los llamados fondos de saco, calles sin salida, aseguró que «se asfaltarán y se pintarán plazas donde es posible que las haya plazas y donde se impida la circulación no estará permitido». Añadió en este sentido que «no es posible, con pendientes aceptables unir los fondos de saco».

En cuanto a cómo salvar las escaleras, el concejal aseguró que «se está viendo la manera en la que consolidar una escalera que va de arriba a abajo, en la zona sur, que en la actualidad tiene grietas».

García señaló que este proyecto « se adaptó a la realidad del barrio, dentro de sus limitaciones» y valoró positivamente el que no se hubiera optado por multar o avisar grúa porque «parece que en este caso no procede».

Las calles afectadas son Balandro, Bergantín, Carabela, Corbeta, Fragata, Galeón, Galera, de la Goleta, Navío, Batel, San Telmo, Trainera y Travesía de la Iglesia. Esta última es una de las vías que más dificultad ofrece porque una parte es de una dirección y otra de dos. Tras las obras, desde Goleta, tendrá plazas de aparcamiento en un lado y la dirección será de bajada, aunque desde los vecinos se solicitó lo contrario, parece que «eso está provisional» porque «pensamos que más lógico», según Rodríguez.

El proyecto ronda los 400.000 euros y su ejecución corre a cargo de la empresa Tratamientos Asfálticos S. A.