El objetivo es generar 2.000 toneladas de compost al año en la ciudad

La separación de los residuos orgánicos es clave, pues representan casi el 40% del total de nuestra bolsa de basura y para lograr ese ambicioso objetivo es para lo que el Ayuntamiento de Avilés ha creado la campaña 'Avilés, crecemos reciclando orgánica', que se desarrolla en cada zona de actuación de la ciudad en paralelo a la colocación de los nuevo contenedores marrones.

Pero, ¿qué enseña la campaña que se puede tirar y qué no se puede a estos nuevos contenedores? Según explican desde la asociación Mendroyada, encargada de la campaña divulgativa en las zonas sur de la ciudad en los meses de abril y mayo, «tenemos que tener claro que lo que va a al contenedor marrón son los restos de fruta y verdura o de comida y también de plantas o flores. A parte, pueden ir los posos de café o de infusiones o pequeñas cantidades de servilletas de papel con lo que limpiamos o un corcho si es natural».

Por el contrario, siempre se ha de evitar desechar, por ejemplo restos de animales muertos, que aunque puedan parecer restos orgánicos «podrían llegar a contaminar la basura y evitar el reciclado», explican desde la asociación.

Tampoco se pueden desechar en el contenedor marrón otros residuos que suelen dar lugar a confusiones como pañales y compresas, colillas de tabaco, los restos de suciedad que se generan al barrer o aspirar en casa o los excrementos de las mascotas. En estos casos debe ser obligatorio apartarlos con la fracción resto no reciclable, que corresponde en su caso al contenedor gris.

Solamente cumpliendo estas y otras recomendaciones Avilés podrá cumplir con los objetivos de la Unión Europea que obligan a todas las ciudades a incrementar hasta el 50% el reciclaje doméstico en 2020. Este reto se ha retrasado por la pandemia y aún hay tiempo, pero para poner en contexto la situación actual en la ciudad y comprender el reto que aún tenemos por delante, nuestra tasa de reciclaje en este momento es del 23%.