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Personal de la residencia de El Nodo atiende a una mujer en la sala de enfermería. MARIETA
El plan del área sanitaria reduce a la mitad las hospitalizaciones de los residentes en geriátricos

El plan del área sanitaria reduce a la mitad las hospitalizaciones de los residentes en geriátricos

El programa se puso en marcha hace un año para mejorar la atención a los mayores y ya ha dado los primeros resultados

EVA FANJUL

AVILÉS.

Domingo, 26 de mayo 2019, 01:39

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El Área Sanitaria III hace un «balance muy positivo» del primer año de funcionamiento de su 'Plan de mejora de la atención a pacientes institucionalizados', es decir, a los ancianos que viven en residencias geriátricas. El plan arrancó en febrero de 2018 y, según los datos recabados en el Hospital Universitario San Agustín, durante el primer año de actividad los ingresos hospitalarios diarios de personas mayores procedentes de centros sociosanitarios se redujeron a la mitad, pasando del 12 ó 14% a 7 u 8%.

También, durante el primer semestre de desarrollo del plan se ha observado un importante descenso en el número de reingresos de estos pacientes en el Hospital San Agustín en menos de un mes que ha pasado del 38% al 18% . En cuanto al número de reingresos de pacientes en menos de tres meses, se ha pasado del 40% al 10%.

Otro de los resultados destacados ofrecidos en este balance es que también se han reducido casi a la mitad los ingresos por broncoaspiración de pacientes institucionalizados que presentan problemas para deglutir. Desde la puesta en marcha del plan de atención al anciano, los casos de ingreso por esta causa han pasado de cerca de un 6% a un 3,5%.

«Estamos muy satisfechos, porque vemos que el plan funciona. Es un programa pionero pensado para mejorar la continuidad en el cuidado del paciente que está institucionalizado, desde el ingreso que tiene aquí en el Hospital San Agustín hasta los cuidados que recibe en los centros sociosanitarios donde reside», explica Amparo Prieto, la enfermera gestora de casos del Área Sanitaria III y responsable de coordinar el plan.

Este proyecto asistencial propone una colaboración constante entre las residencias donde viven los pacientes y el centro hospitalario comarcal. La enfermera gestora hace de intermediaria entre el área sanitaria y las diferentes residencias. A través de la observación individualizada de cada caso, una comunicación fluida tras cada ingreso y la oferta de cursos de formación específicos, que responden a las principales necesidades detectadas, la iniciativa pretende mejorar la calidad asistencial y la salud de los cerca de 1.400 residentes en geriátricos del Área Sanitaria III.

En total, durante este primer año se han atendido 1.306 pacientes de todos los centros de la comarca, de los cuales ingresaron en el hospital 1.061 ancianos y otros 245 fueron atendidos en Urgencias y regresaron a sus centros de residencia al no requerir hospitalización. Del total de pacientes institucionalizados atendidos en el San Agustín, 402 procedían del ERA.

«A menudo, se trata de pacientes polimedicados, que suelen padecer uno o varios procesos crónicos, muchos de ellos grandes dependientes, lo que genera una alta concentración de necesidades asistenciales que se pueden organizar de manera más eficiente», apunta Amparo Prieto, la enfermera gestora de casos del Área Sanitaria III y responsable de coordinar el programa. La medida busca además aliviar la carga de trabajo derivada de la atención de estas personas que soportan tanto centros de salud como los hospitales. Esto pasa por la reducción de los ingresos hospitalarios, el refuerzo de la seguridad del paciente, el establecimiento de un control más preciso del material de uso asistencial y la mejora del seguimiento farmacoterapéutico.

Seguimiento continuo

La enfermera gestora de casos ha elaborado una base de datos con todos los pacientes que llegan al Hospital San Agustín provenientes de los veintiocho centros sociosanitarios existentes en la comarca, cinco públicos y veintitrés privados. Esa labor a permitido crear un formulario de enfermería y cuidados específico que «en breve se adjuntará de manera permanente a la historia clínica electrónica del paciente y que se podrá actualizar en cada ingreso». Además de la documentación que se aporta a cada centro por escrito, en aquellos casos que lo precisan «contactamos directamente con las residencias para recalcar los puntos más importantes y garantizar la continuidad en el cuidado», explica la enfermera.

«Se detectan las necesidades del paciente en el hospital, se observa cómo se cubren esas necesidades y puntualizamos determinadas cosas que pueden mejorarla calidad asistencial de cada caso», indica Prieto.

Asesoramiento y formación

A partir de los datos asistenciales recabados durante los primeros seis meses de funcionamiento del mismo, permitió detectar las principales necesidades atencionales de los pacientes en atención a las principales causas de ingreso hospitalario y «aplicando las escalas enfermería con las que trabajamos en el Sespa valoramos las necesidades de los pacientes en relación a la dependencia, riesgo de úlceras, movilidad, problemas de deglución y disfagia, polimedicados», explica Prieto.

A partir de ahí se elaboraron los cuatro primeros cursos de formación del plan sobre infecciones respiratorias por broncoaspiración, agentes multirresistentes, úlceras por presión y prevención de caídas.

Durante el primer año de actividad, el plan se ha trabajado conjuntamente con los cinco del Establecimientos Residenciales de Ancianos (ERA) que hay en la comarca de Avilés y se espera que gradualmente se vayan sumando al plan los centros privados. «Por el momento han recibido la formación el 50% del personal de enfermería y auxiliares de enfermería del ERA. Este año volveremos a repetir la formación», indica la gestora de casos.

El primer curso impartido abordó el riesgo de infecciones respiratorias por broncoaspiración y «ha ido bastante bien porque, después de la formación, el número de ingresos ha bajado casi la mitad», asegura Amparo Prieto. «Este problema en la mayoría de los pacientes se debe al tipo de deterioro cognitivo que sufren, por eso hay que prestar la atención de los signos que podemos ver cuando damos de comer y aplicar el test de volumen-viscosidad que permite comprobar cual es la dificultad que tiene el paciente y adecuar las texturas para ayudarle a tragar», explica Prieto.

Otro de los temas tratados fue el de la presencia de microorganismos resistentes a los antibióticos en infecciones respiratorias o en infecciones de úlceras. «Tenemos cerca de un 7% de portadores de agentes multirresistentes. En el hospital podemos aislar al paciente, pero en la residencia donde vive no, así que para prevenir contagios y permitir al paciente hacer una vida normal en su centro, incidimos sobre todo en la higiene de manos, el adecuado uso de los guantes y de los vendajes», explicó.

En cuanto a la prevención de las úlceras por presión, «abordamos la prevención y los cambios posturales en pacientes encamados, así como el tratamiento». Además, «dimos un curso de prevención de caídas. En el primer año tuvimos un 10% de ingresos por caídas y nos parece importante por el problema de dependencia, con una movilidad bastante limitada», indicó Prieto.

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