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La colaboración ciudadana es clave siempre en la alerta de posibles delitos sobre el patrimonio, pero lo cierto es que Asturias es una ... comunidad relativamente «tranquila» en esta variante de delincuencia que en el Principado se manifiesta principalmente a través de robos y expolios.
De hecho, el delegado de Patrimonio Histórico de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Asturias, José Luis Bueno Rodríguez, advirtió ayer sobre «el problema serio que representan los detectores de metales» en España y en Asturias por la cantidad de yacimientos arqueológicos que hay sin detectar de los que se van retirando elementos. Y no es tanto en sí «por el hecho de que se lleven la pieza, sino porque destruyen el contexto».
El delegado se mostró, no obstante, indulgente con los trabajadores del campo que arando se encuentran con un resto arqueológico y lo ocultan. «La Ley de Patrimonio Histórico es muy clara: hay que paralizar esos trabajos porque esa pieza pertenece al Estado», explicó.
Bueno Rodríguez lo contó en su intervención sobre 'El papel de la Policía Nacional en la protección del Patrimonio Cultural', que ofreció en las Jornadas SOS Patrimonio, organizadas por la Escuela de Arte del Principado de Asturias en Avilés, celebradas en el Palacio de Camposagrado.
Mencionó la importancia de la denuncia del ciudadano anónimo, que es la que pone sobre la pista a la Policía Nacional sobre un posible delito, aunque luego en el curso de la investigación pueda demostrarse que no es tal. Por ejemplo, cuando recientemente el párroco de San Julián de los Prados, en Oviedo, denunció unos grafitis en una pared en el templo. La cuestión es que estas pintadas se realizaron en una fachada de ladrillo que da a la autopista, luego no era un delito relacionado con el patrimonio.
Explicó el también subinspector que uno de los problemas más habituales ahora es la delincuencia internacional porque ya no existen controles físicos en las fronteras, por ejemplo en el Espacio Schengen, y quiso dejar claro lo difícil que es aclarar un robo, pese a lo que puedan transmitir las películas. Para ellos, en cualquier caso, «la mayor satisfacción es la recuperación de la pieza, si luego podemos identificar al autor, bien, pero muchas veces es muy complicado», señaló el delegado.
Por eso quiso reconocer, entre otras, la «brillante investigación» que realizaron sus compañeros para dar con el Códice Calixtino robado de la Catedral de Santiago de Compostela en 2011. En su trabajo durante una década en la unidad de robos en Barcelona, pudo participar en recuperaciones importantes, muchas de ellas relacionadas con falsificaciones que, por cierto, se suelen enmarcar como delitos contra la propiedad intelectual porque no existe uno específico de falsificación de obra de arte.
«El mercado estadounidense está inundado de falsificaciones de Dalí, por eso el FBI tiene tanto interés en colaborar con nosotros», mencionó. Por cierto que «en obra gráfica es muy difícil verificar la autoría de la firma y por tanto la autenticidad, hay verdaderos expertos», afirmación que suscribió una de las profesoras en el público, que incluso añadió su convencimiento de que hay «muchas réplicas» expuestas en museos, por supuesto sin mala intención.
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