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Lola Herrera y Lola Baldrich, en escena, en el Teatro Palacio Valdés de Avilés. MARIETA
Póquer de damas en la dictadura digital

Póquer de damas en la dictadura digital

El Teatro Palacio Valdés de Avilés aplaudió en pie el estreno de 'Adictos', un montaje con Lola Herrera como protagonista dirigido por Magüi Mira

M. F. ANTUÑA

AVILÉS.

Sábado, 13 de agosto 2022, 00:20

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Confiesa Lola Herrera que ella no quiere mirar atrás, que tiene 87 años y unas ganas inmensas de hablar del hoy. Ella, magnífica siempre, poderosa en escena, sabia y libérrima, estrenó anoche en Avilés 'Adictos', un texto de Juan Gómez y Daniel Dicenta, su hijo, que ella misma, en ese ánimo de provocar debates actuales, impulsó a convertirse en montaje teatral.

La valentía no entiende de edad. Y ella lo demuestra saliendo a escena convertida en Estela, una científica que busca la verdad y arropada magníficamente por Lola Baldrich, en la piel de una psiquiatra, y Ana Labordeta, periodista, para desentrañar este hoy en el que la tecnología nos ata más que nos libera, nos espía, nos dibuja este mundo cómodo y su falsa sensación de bienestar.

Pues bien, de todo ello habla este montaje de tintes distópicos con una puesta en escena singular y futurista que juega con la iluminación y los colores puros que van cambiando y que lleva la firma de Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán, con espacio sonoro de Jorge Muñoz (también ayudante de dirección) y vestuario de Pablo Menor, que pone a trabajar a ese trío de damas, actrices muy curtidas, con absoluta solvencia y presencia, con tablas y experiencia suficiente para asumir cualquier afán y con la magistral batuta de un as del teatro español como es Magüi Mira, que lo mismo actúa, que escribe, que dirige.

En la rueda de prensa en la que se presentó el montaje bromeaba y pedía unas leves anginas un solo día de alguna de sus compañeras para poder ser ella quien salga a escena. Pero aquí es quien da forma a este montaje tan especial que acaba provocando un cierto desazón en el espectador, que plantea interrogantes y debates para acompañar la cerveza posterior y plantearnos esa dictadura digital que nos acecha y sobre la que la obra alerta. El Teatro Valdés aplaudió en pie la novedosa apuesta que viene con el sello de Pentación y que hoy repite función. Y aplaudió a rabiar a su Lola Herrera, a esa vecina del segundo queridísima, admirada y hasta venerada por todo el público. Su sola presencia se agradece, su magisterio escénico se disfruta siempre.

Lola Herrera es mucha actriz, es mujer de carácter, comprometida y activa, que vive preocupada por el presente y el futuro y que ha querido llevarlo a escena. El riesgo también merece ovación aparte.

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