El presidente del TSJA defiende un octavo juzgado en Avilés por una sobrecarga del 180%

Chamorro reconoció que aunque se recomendó la creación de sendos de Primera Instancia e Instrucción en Oviedo y Gijón, la «prioridad» es Avilés porque, con datos objetivos en la mano, aquí «soportan un 180% por encima de la carga de trabajo del módulo aprobado por el Consejo», frente al 150% de los de Oviedo y Gijón. En el ámbito penal la carga es un poco menor, un 90% del módulo. Y, a pesar de la merma de los procedimientos en 2020, su creación permitirá «aliviar la carga de todos los juzgados y permitiría tramitaciones más ágiles».

Sobre este descenso, que forma parte de la memoria que posiblemente hoy la sala de gobierno del TSJA apruebe en reunión ordinaria, Chamorro avanzó que la caída de asuntos civiles en Avilés se situó en torno al 13%, pasando de unos 6.000 en 2020 a 6.506 en 2019. Sin embargo, las reducciones más notables se evidenciaron en el ámbito penal, tanto en la instrucción, donde se pasó de los 7.302 asuntos de 2019 a los 5.757 de 2020, un descenso del 21,2%; como en el enjuiciamiento, que de los 577 ingresados en 2019 se pasó a los 370 en 2020, lo que supuso una caída del 35,9%. La merma en el ámbito de lo social fue más discreta, tan solo 67 menos (de 1.478 en 2019 a 1.411, en 2020). Respecto a los asuntos de violencia de género, en 2020 se registraron 347 y se resolvieron 328. El presidente del TSJA no pudo ofrecer la comparativa con el año anterior, pero sí confirmó que habían bajado en toda España y también en Asturias, en torno a un 15%.

A la vista de estos números, Jesús María Chamorro subrayó que «la pandemia no ha provocado mayor litigiosidad». «Es verdad que aún no hemos salido de los problemas de orden social y económico que ha generado y es probable que cuando haya una menor limitación de derechos y una vida asimilable a la que teníamos antes del estado de alarma, se puedan manifestar un mayor número de litigios, sobre todo en el ámbito de lo social».

Indicó que los juzgados dictaron menos resoluciones, pero en una comparativa entre 2019 y 2020 «quitando esos dos meses y medio que los juzgados estuvieron parados, se han puesto más resoluciones». Esto fue así porque, una vez renovados los plazos de alarma tras el levantamiento del primer estado de alarma, «los juzgados sacaron prácticamente todo lo que había pendiente y paralizado durante ese tiempo».

El presidente del TSJA, que había realizado una visita de cortesía tras su nombramiento a finales de 2019, «tenía pendiente» una reunión de trabajo con «los compañeros de aquí» y, con las menores limitaciones a la movilidad, ha tenido lugar en coincidencia con el nombramiento del juez-magistrado Joaquín Colubi Mier como nuevo decano de los juzgados.

«Mi intención es estar en contacto con todos los compañeros de todos los partidos judiciales. Espero que este sea el inicio de una relación más asidua con los compañeros de Avilés, que la tengo a través de la vía telefónica, pero me gusta ver de primera mano las necesidades y las cuestiones que les preocupan y tratar, entre todos, de buscar soluciones». Por ejemplo, las relativas a las infraestructuras, que según señaló, no son muy diferentes a las que se dan en otras ciudades, pero con la pandemia «se han hecho más patentes». Reconoció que el Principado de Asturias había impulsado unas primeras medidas básicas de protección como aforos, mamparas y equipos de protección individual, pero añadió que «es necesario dotar a los edificios judiciales de medios más modernos y de salas también».

Dicho esto, alabó la «muy buena voluntad por parte de jueces, funcionarios y abogados en Avilés, para tratar de solventar estos problemas muchas veces con mecanismos 'caseros', sentándose incluso los abogados por debajo del estrado». También con el traslado de juicios a otras ciudades, como ocurrió con el caso de Aquagest, juzgado por el Penal Nº 1, en el TSJA, en Oviedo, y así «nos vamos arreglando».

Preguntado por el volumen de trabajo que afronta el reducido equipo psicosocial de los juzgados, integrado por un psicólogo y una trabajadora social, señaló que no es un problema exclusivo de la ciudad y que, además de ampliar la plantilla, habría que reorganizar su funcionamiento. «Es necesario dotar de una organización más eficaz a los equipos, no tan local sino quizá algo más asimilable a la que tiene el Instituto de Medicina Legal, que tiene un 'pool' de forenses para todo el territorio. Yo creo que habría que buscar un sistema en el que hubiera un equipo de psicólogos y de asistentes sociales no en Avilés, Gijón y Oviedo sino que atendieran a todos los partidos judiciales, que hubiera una mayor agilidad a la hora de dotar las plazas cuando hubiera alguna incidencia o vicisitud y tener sustitutos o personal suplente para esas eventualidad y aún así dotar de mayor plantilla», apostó.

Por su parte, el juez decano Joaquín Colubi Mier, en esta ocasión en calidad de anfitrión, señaló que ahora la «responsabilidad» pasa por atender tanto los «avances tecnológicos más la situación de pandemia de covid (...), que nos han alterado completamente el funcionamiento de la administración de justicia».

Respecto a la posible creación de un nuevo juzgado cree que «sería bueno para la administración de justicia porque aceleraría los procedimientos y bajarían los plazos de resolución de los mismos».