Los primeros pasos del tenis de mesa en Avilés

Precisamente de Gijón -su ciudad natal- saldría un hombre que marcaría lo que hoy en día es el moderno tenis de mesa en nuestra ciudad: Manuel Ponga Santamarta. El exalcalde socialista de Avilés comenzó a jugar a este deporte en los equipos de la villa de Jovellanos, Grupo Cultura Covadonga y Juventud del Carmelo, llegándose a ser uno de los más destacados competidores de los años 50 en Asturias e incluso disputó un partido contra un equipo francés. De hecho, era uno de los habituales seleccionados por la región en los campeonatos nacionales y se disputaba los títulos autonómicos con los también favoritos Benigno Rico o Julio González, éste gran dominador asturiano en los años 50 y 60 del pasado siglo. Ese cariño hacia esta practica fue la que le llevaría a incluirlo dentro de la Fundación Deportiva Municipal en los años 80.

En lo que se refiere a las primeras referencias en prensa al tenis de mesa en la ciudad nos las encontramos en 1955 con la consecución del campeonato asturiano de segunda categoría por parte del equipo Rui Pérez, y el buen papel desarrollado en abril de ese mismo año por el avilesino Granda, perteneciente al Frente de Juventudes de nuestra ciudad, en los campeonatos individuales celebradas en el Colegio Mayor Valdés Salas, de Oviedo. Este mismo equipo del Frente de Juventudes se mantuvo en liza durante varios años y llegó a disputar en 1960 la final de tercera categoría ante el Juventud del Carmelo.

En esta misma categoría, y en el apartado individual, ya encontramos en 1963 un éxito relevante con el triunfo regional de Heros, jugador perteneciente al equipo del Club Tenis Avilés, que por entonces disputaban sus compromisos en las instalaciones del Casino local. Era con Granda el jugador más reconocido de la villa, en la que también despuntaba Seoane. Con ellos ya se vislumbraba una creciente afición por este deporte, que había surgido de su hermano mayor, el tenis, y que iba a tener una especial repercusión entre las mujeres.

La presencia de la mujer en el tenis de mesa avilesina llegó de forma inmediata a la recuperación nacional del deporte femenino. Así en el citado año de 1963 ya encontramos a un grupo de jugadoras que se involucraron en su práctica hasta el reconocimiento unánime de los responsables federativos. En los salones del Casino de Avilés destacó la presencia de Loles Rodríguez del Valle, Goya G. Ruisánchez y Rosina Palacios, formando parte del equipo de la Sección Femenina de nuestra villa, y lo corroboraron tanto en el campeonato de Asturias como en el torneo celebrado en San Sebastián formando por parte de la selección regional.

Todas ellas se incorporarían pronto al equipo formado en el Club de Tenis junto con dos nuevas compañeras: Lucía Bravo y Angelita González Wes. Y como presentación de este grupo femenino de nuestra ciudad, cabe resaltar la labor realizada en dos competiciones, en el mes de noviembre, conocidas como Trofeo Inauguración Alfredo Granda, disputado en los bajos el teatro Campoamor de Oviedo, y el I Trofeo Asturias, en Gijón, en los que se pudo comprobar lo avanzadas que estaban las avilesinas con la raqueta en la mano. Sus principales rivales, como ocurría también en el apartado masculino, procedían de las jugadoras de Gijón y Oviedo.

En el proceso de divulgación y consolidación del tenis de mesa en el municipio tuvo también mucho que ver la llegada del Grupo de Empresa Ensidesa y su concentración inicial en el barrio de La Luz, donde el recordado Club Juvenil fue centro de formación de jugadores que acabarían brillando con luz propia desde su creación en el año 1965, e incluso en sus salas se disputaron varios torneos asturianos, tanto en los apartados individual como por equipos.

Quien no recuerda el trabajo que allí desarrolló Monchi o la aparición de jugadores de la talla de Miguel Pavón, Toboso, Anzarda o los hermanos Pavón, por citar algunos ejemplos, y que servirían de base para la labor que continuarían la Asociación Atlética Avilesina, el Avilés Tenis de Mesa y Fundación Deportiva Municipal, pero esas son otras historias también dignas de contar en un capítulo especial.