La promoción de ascenso ante el otro Rayo
En mayo de del año 1963 el Llaranes se enfrentó al conjunto vallecano para tratar de conseguir el ascenso a Segunda División
Alberto Rendueles
Avilés
Lunes, 26 de mayo 2025, 00:07
La suerte del sorteo ha deparado que el Real Avilés Industrial se mida en la lucha por el ascenso ante el conjunto madrileño del Rayo Majadahonda. Pero no es la primera vez que un equipo de la villa del Adelantado se enfrenta a un equipo capitalino del mismo nombre inicial, en esta ocasión el Rayo Vallecano. Un hecho que tuvo lugar en el mes de mayo de 1963 entre el Club Deportivo Llaranes y el histórico equipo del barrio madrileño.
El por entonces equipo siderúrgico, creado poco menos de una década antes, al albor del crecimiento que en dicha población supuso la implantación de la empresa Ensidesa, había logrado clasificarse en segunda posición del grupo asturiano de Tercera División, a cuatro puntos del campeón Caudal de Mieres y tres por encima de todo un Real Avilés que pisaba fuerte en esta década de los años sesenta. Además, disponía de una buena delantera, que durante la temporada había logrado sesenta goles, solo uno menos que sus vecinos de Avilés y que el Vetusta, y contaba en su punta de ataque con todo un referente ofensivo como fue Colunga.
Aquel equipo del barrio siderúrgico, que estaba dirigido por José Sirgo, le iba a corresponder en suerte todo un rival de renombre como es el Rayo Vallecano que también buscaba el ansiado cambio de categoría y que llegaba con el cartel de claro favorito. No en vano se trataba de un club convenido con el Real Madrid y muchos de sus jugadores eran jóvenes promesas cedidas por esta entidad para foguearse en categorías superiores. Y entre todos ellos resaltaba la figura de Manolo Velázquez, toda una leyenda del fútbol nacional que había recalado en Vallecas en la temporada 1962-63 y que dos años después ya se convirtió en un fijo del Real Madrid, tras una nueva cesión intermedia en el Málaga.
El equipo madrileño, en el que entonces jugaba Manolo Velázquez, se impuso con claridad al conjunto avilesinoEl partido de ida se jugó en el estadio Román Suárez Puerta con lleno absoluto en todas las gradas
El primero de los compromisos de la promoción tuvo lugar el día 12 de mayo de 1963 en el estadio Román Suárez Puerta, ya que la talla del rival y las expectativas creadas entorno a esta promoción hacían inviable acoger a tantos aficionados en el campo de Santa Bárbara, que aún no disponía de las gradas necesarias. Y como era de esperar, el campo realavilesino registró un lleno absoluto para presenciar la histórica ocasión balompédica.
La suerte final del resultado de este partido se decantó claramente a favor de los madrileños por un rotundo 1-5, y bajo el arbitraje del colegiado gallego Rey Otero. El tanto local lo consiguió, de penalti, el atacante Sará, mientras que los goles del rival fueron logrados por Acero en dos ocasiones, Velázquez, Paquito, y José Luis. Para el recuerdo queda la alineación del Club Deportivo Llaranes, integrado por Cleo; Chinín, Avendaño, Menores; Mendi, Iván; Elipe, Sará, Colunga, Casariego y Cuco.
Por su parte, el Rayo Vallecano saltó al estadio Román Suárez Puerta con Secito; Olivares, Flores, Lalo; Baena, Cobo; Acero, José Luis, Paquito, Velázquez y Nieto.
La vuelta
En el partido de vuelta, disputado en el campo de Vallecas el día 19 de mayo, bajo la dirección del colegiado andaluz Medina Díaz, sucedió algo más de lo mismo ante el escaso público que se congregó en las gradas dado lo resuelta que estaba ya a priori la eliminatoria. La superioridad local fue clara y se impuso al equipo avilesino por seis goles a cero, con dos goles de Manolo Velázquez, otros dos de Acero y uno cada uno de Juanirri y Paquito. El Llaranes formó en aquella ocasión con Cleo; Chinín, Avendaño, Menores; Mendi, Iván; Elipe, Colunga, Belisario, Casariego y Cuco.
El Rayo Vallecano logró pasar la eliminatoria, pero lejos de cumplir los pronósticos, no fue capaz de alcanzar el ascenso a Segunda División al caer en la siguiente ronda ante el Badalona, que sorprendió al cuadro madrileño.
En su caso, el Llaranes se había confirmado como un buen proyecto de futuro, en franca progresión, que no tardaría en dar nuevas alegrías a la afición siderúrgica, en buena medida por el apoyo que esta misma temporada le reforzó la propia Ensidesa. De hecho, antes de iniciarse la temporada la había concedido una importante subvención económica y le facilitó los medios necesarios para su desarrollo, casos de equipaciones deportivas, centros de reuniones, autobuses para desplazamientos e incluso el mantenimiento de las propias instalaciones del campo de Santa Bárbara, que luego se fueron ampliando hasta la construcción de la modélica escuela de fútbol de La Toba, fuente de grandes jugadores.
- Temas
- Real Avilés
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.