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Mariví González, Ana María García y Reyes Inclán, en la zona central del parque de Las Meanas. MARIETA
El regreso al mercado laboral

El regreso al mercado laboral

Tres mujeres con discapacidad física comparten su experiencia en #EnfocaTalento

C. DEL RÍO

AVILÉS.

Martes, 30 de julio 2019, 02:46

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Con ilusión y confianza renovada. Son los sentimientos que comparten las participantes en el programa municipal #EnfocaTalento-D organizado en colaboración con Inserta Empleo del Grupo Once, que en los últimos seis meses ha formado a trece mujeres con algún tipo de discapacidad en situación de desempleo. Tres de ellas son Mariví González, Ana María García y Reyes Inclán, tres ejemplos de que no se puede arrojar la toalla y de que el mercado laboral sigue abierto a pesar de la edad, en ocasiones solo hay que saber buscar. Hoy martes compartirán sus experiencias en la clausura oficial del programa en la Factoría Cultural.

Mariví González, vecina de Piedras Blancas, se emociona al compartir su trayectoria profesional. Formada como auxiliar de enfermería, trabajó en un geriátrico hasta que su espalda dijo basta. Con toda la ilusión del mundo abrió una tienda de moda infantil que solo aguantó «año y pico» y, desde entonces, ha estado un poco perdida. «Me compré una bordadora y hacía alguna cosina de bordados en casa, pero eso es pan para hoy y hambre para mañana», hasta que se apuntó en la ONCE y le propusieron participar en este curso.

«Ha sido una experiencia muy grata, las compañeras han sido excepcionales y el curso, en general, ha estado bien», explica. Lo mejor, es que «gracias a este curso yo tengo un trabajo». Mariví vuelve a emocionarse. En realidad habla en presente cuando debería hacerlo en pasado porque, en la actualidad, está desempleada. Sin embargo, las circunstancias son distintas. Ella es distinta. «He aprendido a buscar trabajo y estoy muy ilusionada porque veo que todavía hay oportunidades», asegura.

Ha trabajado como conserje en una empresa de Cudillero y también como acomodadora en el Valey Centro Cultural. «Me encanta estar cara al público y el de conserje es un 'trabajín' muy guapo», afirma antes de mostrarse esperanzada de cara al futuro. «Quién sabe qué puede pasar más adelante...», formula.

Ella tiene 57 años, pero con trece menos la avilesina Ana María García de la Ballina tampoco tenía nada claro el panorama laboral. Llevaba tres meses en el paro, pero había pasado por un periodo anterior de desempleo de cuatro años. Formada en comercio y turismo, había trabajado en ambos sectores, pero se quedó sin trabajo en un «rango de edad muy malo». «En los periodos de desempleo siempre he aprovechado para formarme, aprender idiomas, reciclarme y, a saber posible, certificarlo», asegura.

En su caso la información sobre el curso se la facilitaron en el Centro de Empleo Europa. Solo estuvo mes y medio: «Me llamaron de un trabajo y no pude completarlo, pero me gustaba la manera de enfocar la formación. Nos juntamos, además, un equipo de personas muy bueno. En ese mes y medio puse al día mi currículum, vi cómo sacar partido laboral a distintas plataformas de internet y redes sociales». Sobre todo, le abrió la mente. «Hay muchas cosas que ni te planteas porque solo el nombre ya te echa para atrás», por ejemplo el Foro de Empleo de la Universidad de Oviedo. Allí dejó varios currículums y logró que la llamaran de Mantequerías Arias. Ha estado cubriendo bajas, pero valora la oportunidad de darse a conocer en una empresa. «Que te den la oportunidad de demostrar tu valía es lo más difícil hoy en día. Yo sigo mandando currículums y me han llamado de otros sitios, pero lo rechacé porque estaba trabajando», asegura.

De estas tres mujeres Reyes Inclán Iglesias, vecina de San Juan de la Arena, de 53 años, es la única que aún no ha encontrado trabajo. Con cinco idiomas y conocimientos de Derecho, trabajó como traductora de contratos en los juzgados, impartió clases particulares durante quince años en Valladolid y trabajó en la oficina de turismo. Para ella una de las «contradicciones» del mercado laboral español es que «si no eres joven es muy difícil y si eres joven, te falta experiencia».

Asegura que el curso le ha servido «para valorarme más, para gestionar mejor la inteligencia emocional, aprovechar las fortalezas y minimizar las debilidades. «A veces te pones tú misma unas barreras que no existen». Ella ha aprendido a derribarlas y afronta con «confianza y optimismo el futuro».

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