Los 'rucherinos' reparten huevos y bollos en Sabugo

El colegio Sabugo ha recuperado este año la tradición de la cultura de la rucha en la ría de Avilés, tal y como se hizo el curso pasado con la leyenda de Samalandrán. «Los rucheros eran las personas que recogían las cosas que el mar dejaba en las orillas al bajar la marea: maderas, redes, aparejos y todo tipo de objetos», explica Víctor Raúl Pintado, Vitu, profesor del Sabugo. El objetivo es recuperar antiguas tradiciones y darlas a conocer a los niños del centro.

Para ello, durante el segundo trimestre, el profesorado del Sabugo introdujo de manera transversal la historia de los rucheros. El alumnado de Infantil y de los dos primeros ciclos de Primaria confeccionaron paneles y realizaron trabajos relacionados con la cultura de la rucha, «vinculando por ejemplo la recogida y reutilización de objetos al reciclaje», explica el docente.

Además, se crearon dos nuevos personajes infantiles, los rucherinos mágicos, inspirados en los últimos rucheros de Avilés, José Rodil Díaz, siempre acompañado de la carretilla donde portaba sus hallazgos; y su esposa Dolores Pulido Castaño, que llevaba siempre una cesta de castaño. Los miembros de la Asociación Xaréu d'Ochobre sorprendieron a los pequeños del Sabugo representando a los rucherinos mágicos y Samalandrán. En el patio del colegio obsequiaron a los niños con huevos de chocolate y el tradicional mantecado de Avilés. La jornada concluyó con todos los participantes interpretando la 'giraldilla de Avilés'.