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Gantes lleva 33 años entrenando. OMAR ANTUÑA
«Voy a seguir practicando karate hasta que mi cuerpo aguante»

«Voy a seguir practicando karate hasta que mi cuerpo aguante»

Adolfo Gantes, de 66 años y gimnasio Millenium de Avilés, acaba de hacerse con el titulo de cinturón negro Segundo Dan

ALEJANDRO L. JAMBRINA

AVILÉS.

Sábado, 20 de julio 2019, 02:05

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«El karate no tiene edad, quien diga lo contrario se estará poniendo excusas». Así de claro lo tiene Adolfo Gantes Fuentes, un karateka gallego de nacimiento pero avilesino de corazón, que acaba de conseguir la titulación de cinturón negro Segundo Dan a los 66 años de edad. Adolfo Gantes llegó a Avilés a los cinco años procedente de La Coruña. «Mi madre era pescadera y mi padre vino a trabajar a Ensidesa, Avilés se convirtió en nuestra casa desde entonces», asegura. De muy joven ya se sintió muy atraído por los deportes y la actividad física y llegó a jugar en el Navarro y montar en bicicleta en el Grupo Ensidesa, «todo apuntaba a que el deporte iba a ser importante», confiesa.

El primer acercamiento al karate lo tuvo de la mano de Manolo Enjuto, fundador del primer gimnasio de Avilés y actual gerente del Nuevo Gimnasio Millenium, donde entrenan. «Fue en el año 1986, llevaba a mi hijo a hacer deporte y me acabé apuntando, aunque al principio era un juego y no sabía hasta donde iba a llegar», confiesa.

Se puso el cinturón amarillo a los 33 años y desde entonces no ha dejado de entrenar, mejorar y llegar a un nivel que para sus profesores es «fantástico, mucho más teniendo en cuenta la edad que tiene y el desgaste físico y mental que exige el karate», destaca Leticia Marinero, que junto a Manuel Enjuto se encargan de los entrenamientos de este portento de las artes marciales. «Hay varias edades cruciales en las que la gente suele abandonar este deporte y muchos llegan a mayores, pero empezar tarde y aguantar tantos años es todo un mérito», confiesan los profesores.

Adolfo Gantes no para de ponerse retos y no se pone límites en esto de dar patadas. «Ojalá consiga el Tercer Dan, ese es ahora mi objetivo», asegura confiado. Eso sí, el camino no ha sido fácil, Gantes estuvo varios años alejado de este arte marcial debido a una mala etapa personal y laboral. «Hubo cambios en la empresa en la que trabajaba a los que me costó mucho adaptarme y no fueron buenos momentos para mí», recuerda Gantes. Por suerte, sus profesores le arroparon y le animaron a volver a ponerse el kimono, «y también mi hijo, que es deportista y peleó para que me recuperase y volviese. El otro apoyo fue mi mujer, Dolores, que es mi mejor amiga y se preocupa siempre por mí», agradece el sexagenario karateka.

Ahora lleva jubilado casi tres años y todo ha cambiado en su vida. «Ha sido un alivio y ahora dedico todo mi tiempo al karate». Pero no solo a este deporte, sus profesores aseguran que practica todo tipo de disciplinas deportivas y «se pasa casi más horas en el gimnasio que en su propia casa», bromean los entrenadores.

Gantes asegura que tanto entrenamiento es muy necesario «porque a mi edad hay que cuidar el cuerpo y mantenerse en forma». También la mente, porque a sus 66 años sigue siendo un hombre muy nervioso «y la exigencia mental que supone este deporte hace que te concentres y aprendas a relajarte», añade.

«Ejemplo de superación»

Para sus profesores y compañeros del gimnasio, Adolfo Gantes es todo un orgullo y un ejemplo a seguir. De hecho, al examen en el que consiguió el título de Segundo Dan también acudieron muchos de los chavales de la escuela, jóvenes promesas de esta disciplina, para verle competir y «que les sirva de ejemplo de superación y vean que no hay edades ni nada es imposible», destacan los profesores del gimnasio Millenium de Avilés.

Dejando a un lado lo deportivo, Adolfo destaca que un pilar fundamental para que haya llegado tan lejos es el factor humano. «Quedan muy pocos gimnasios pequeños de los de antes y es una pena porque aquí te conoce, te escuchan y te tratan como si fueses uno más de la familia. La gente me da a mí todo el mérito, pero yo estoy seguro de que sin Manolo y Leticia no habría logrado nada», agradece. Ahora el objetivo es seguir entrenando y buscar nuevos retos personales y deportivos. «Aquí seguiré practicando y disfrutando del karate hasta que el cuerpo aguante», concluye este veterano deportista que no deja de sorprender.

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