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Helena Díaz, Ruth Blázquez, Yago Pardo, Lucas Díaz y Pablo Rodríguez de La Flor. MARIETA
La Soledad ya tiene cuerpo de acólitos

La Soledad ya tiene cuerpo de acólitos

Los pequeños de cuatro y cinco años de edad procesionarán junto al resto de cofrades ataviados con el hábito de la hermandad

EVA FANJUL

AVILÉS.

Viernes, 19 de abril 2019, 02:30

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La virgen de La Soledad contará este año con cinco excepcionales acompañantes entre su escolta procesional. Cinco pequeños de entre 4 y 5 años de edad que forman el cuerpo de acólitos y postacólitos de la virgen y que por primera vez en la historia de la cofradía acompañarán hoy su paso en la Semana Santa avilesina.

A Pablo Rodríguez de La Flor y a Ruth Blázquez lo que más les gusta de estar en la cofradía de La Soledad es el «poder ir a la procesión con el capuchón», una prenda que «no agobia nada», asegura convencida la pequeña. A su lado, su compañero Lucas comenta que lo que más le gusta a él son los tambores, «me gustaría tocarlos», comenta ilusionado.

Los siguientes en explicar qué es lo que más les gusta de estar en la cofradía son Yago Pardo y Helena Díaz y su respuesta sorprendió a todos cuando con total naturalidad expresaron que lo que más les gusta es «la virgen de La Soledad porque es muy guapa», inidicó Yago y «porque es muy especial y muy buena» añade Helena.

La puesta en marcha de este cuerpo de acólitos es una iniciativa que partió de Miriam Astariz, vocal de Hábitos, Enseres, Peregrinaciones y Formación Cofrade de La Soledad y profesora del colegio de Las Doroteas donde estudian los cinco niños.

«En el colegio trabajamos la Semana Santa con los niños en sus diversos aspectos y ya el año pasado los niños nos pedían participar en la procesión, así que este año lo propusimos y creo que ha sido un acierto», explica.

La propuesta abrió así la posibilidad de que todos aquellos pequeños cofrades de entre 3 y 5 años que lo deseasen pudiesen participar en la estación de penitencia tras la cruz y los ciriales. «Se consideran acólitos son los niños de entre 3 a 5 años y los postacólitos los de 5 a 6», indica Astariz.

Los pequeños procesionarán ataviados con el traje de la hermandad, estola negra y no llevarán ni verdugo ni cíngulo, «para que no se vean agobiados». Además, llevarán «una cesta e irán repartiendo estampitas a las personas que acompañen la procesión», indica Miriam Astariz.

La iniciativa supone para algunas familias la continuidad de una larga tradición. «En casa somos todos cofrades y ahora también mi hijo, así que me encanta que lo hayan propuesto y me emociona que siga la tradición», comenta la madre de Pablo Rodríguez de La Flor.

Para otras familias en cambio esta es la primera toma de contacto con la cofradía y aseguran no será la última. «Nosotros no somos miembros de la cofradía, pero siempre nos ha gustado la Semana Santa y los hemos llevado a las procesiones y a través del colegio tuvimos la oportunidad de que entrasen en la cofradía y están encantados», explica Esther Álvarez, madre de Lucas y Helena Díaz Álvarez.

La casa parroquial de Santo Tomás de Cantorbery se transforma en un hervidero de actividad ultimando los detalles de la procesión del Viernes Santo. Los cinco pequeños se visten como uno más, eso sí, impacientes por que llegue el momento de salir junto a La Soledad.

«Son muy pequeños pero lo van a hacer muy bien aunque la procesión es muy tarde y a más de uno puede que entre el sueño, como se conocen seguro que harán peña y se van a animar mucho y lo van a pasar muy bien», comenta Astariz.

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