Los técnicos afirman que no hay emisiones de plomo en las obras del colegio El Quirinal

Los análisis se realizaron el pasado 20 de septiembre, miércoles, durante una hora coincidiendo con actividad en el tajo. Las mediciones se realizaron mientras dos operarios trabajan con la espátula y y cepillaban la estructura desde una plataforma elevadora.

Las mediciones confirman que no existe riesgo de intoxicación ni para el personal de la obra ni para la comunidad. «Los niveles de plomo presentes en los restos de pintura no llegan ni siquiera a ser detectados por los medidores y, por lo tanto, no suponen ningún riesgo para las personas», destaca la nota de prensa emitida ayer por el Ayuntamiento de Avilés. De esta manera, una vez confirmada la seguridad de la obra, se reanudaron los trabajos para renovar la cubierta del patio. Ayer por la tarde, se volvía a trabajar en El Quirinal y la obra terminará la próxima semana.

Los resultados también se remitieron al Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, encargado de velar por la seguridad en el trabajo. Desde el órgano autonómico no se propuso adoptar más medidas de seguridad.

No obstante, el gobierno continuará adoptando algunas precauciones para evitar cualquier intranquilidad en la comunidad escolar. Así, los trabajos se realizarán en horario vespertino, una vez terminada la actividad docente. Además, se colocarán plásticos en el suelo y en el vallado que separa la obra del resto del colegio. Además, al finalizar cada jornada de trabajo se aspirará y baldeará el patio.

La mejora del patio infantil del Colegio de El Quirinal fue solicitada por la propia comunidad escolar. Su presupuesto alcanza los 25.754 euros. Desde el inicio de las obras, el lijado y cepillado de la estructura que soporta la cubierta del patio se hizo de forma manual, para evitar la dispersión de los restos.

Dentro de las normas de seguridad, se valló el espacio de trabajo, para evitar el acceso de alumnos del centro. Además, los restos generados se han recogido y retirado. Además, el Ayuntamiento destacaba ayer que el coordinador de Seguridad y Salud de la obra, ajeno a la administración local, no consideró necesario medidas de protección especiales, al considerar que no había riesgos para el personal que trabajaba de manera directa.

No obstante, la coincidencia del inicio de las clases con la fase final de las obras provocó la denuncia de los padres al temer que sus hijos pudiesen sufrir una contaminación. Los trabajos se venían realizando en horario escolar y las familias temían que el polvillo desprendido resultase tóxico, especialmente durante el lijado. Tanto el recreo como las clases, en el caso de estar abiertas, favorecían esa hipotética contaminación.

Para despejar incertidumbres, el Ayuntamiento acordó que una empresa especializada midiese las emisiones durante los trabajos y, posteriormente, detener el lijado mientras se avanzaba en otras fases de la obra fuera de horario lectivo. Una vez confirmado que el entorno es seguro tanto para los escolares como para los propios trabajadores, la actividad regresará con la planificación normal para terminar la próxima semana.