El temporal atrae a nuevas aves a la ría

Primero fue la borrasca 'Bella' la que puso en alerta a la región por intensas lluvias, vientos que alcanzaron los 125 kilómetros por hora y olas de hasta 10 metros altura. Ahora parece que 'Filomena' traerá un frío ártico y nevadas a cotas más bajas de lo que estamos acostumbrados cerca de la costa cantábrica y todos estos factores también afectan a las aves migratorias que suelen pasar por la ría de Avilés en invierno para escapar de cotas más frías al norte de Europa.

Los efectos de los temporales pueden afectar de diferente dependiendo de la especie, «las hay que dejan de verse y otras aparecen con mayor frecuencia», explican los expertos desde el Grupo Ornitológico Mavea, máximo exponente en lo que avistamiento y catalogación de aves se refiere en la comarca avilesina.

«Los temporales de viento y mala mar hacen que se acerquen a zonas como Zeluán muchas aves marinas que normalmente viven alejadas a la costa, en la plataforma continental, pero que se quedan sin comida por culpa del oleaje», justifica Jorge Valella, ornitólogo asociado al grupo Mavea. «Lo notamos con el temporal de diciembre, empezamos a ver varios miles de ejemplares de 'Gaviota Tridáctila', que normalmente vive en aguas más abiertas», añade Valella.

Está ocurriendo lo mismo con otras especies como el 'Falaropo Picogrueso', «que hoy en día es raro de ver en Avilés, se avistaba más hace años y en las últimas semanas se han avistado decena vistos en los puertos». Parece que también está siendo un año especialmente bueno para el avistamiento de gaviotas de latitudes más al norte, como la especie polar e hiperbórea, «por las mismas causas, el viento de noroeste ha sido muy continuado en diciembre y se acercan al Cantábrico».

Otro factor fundamental que afecta en los comportamientos migratorios de las aves invernantes es el frío, que últimamente llega acompañado por grandes nevadas. «En ese caso es diferente, cuando nieva en cotas medias y bajas las aves que pasan el invierno en media montaña y se alimentan de frutos o bayas acaban bajando más cerca de la costa», señalan desde Mavea. «Lo vemos desde hace unos diez días con especies como los 'Zorzales Alirrojos' o el 'Pinzón Vulgar', que en los últimos años estaban siendo relativamente escasas». «Lo que está claro es que la costa asturiana es un refugio invernal para las aves porque es más difícil que nieve».

Lamentablemente también hay otras especies que están escaseando en el entorno de la ría avilesina por causas diversas. «Estamos avistando muchos menos ejemplares de 'Avefría europea', una especie que en los años 90 se encontraban miles pero que su presencia depende de que se cubran de nieve grandes extensiones de terreno en zonas como Francia, que es donde ivernan normalmente, y este invierno parece que no está ocurriendo», lamentan los ornitólogos locales.

Las intensas lluvias y las borrascas no afectan solamente a los pájaros y al resto de fauna y flora que conforma el ecosistema de la ría de Avilés. El terreno también sufre los cambios de la climatología, tal y como confirman los expertos que suelen trabajar en el entorno de Zeluán y la ensenada de Lloredo.

«Lógicamente el nivel del mar sube cuando hay temporales en las marismas costeras como la de Zeluán, pero si es una marisma bien conservada, con sus dunas y zonas inundables, el sistema natural tienen la capacidad de absorber la subida de la marea. El problema en el caso de Avilés es que se trata de un estuario totalmente modificado por la mano del hombre y por eso estamos viendo que si sube más el nivel del mar pueden repetirse los problemas de inundaciones en las viviendas cercanas», advierten los expertos.

Otro fenómeno que se viene apreciando es la subida del nivel de la arena de la playa de Zeluán, «tal vez sean los dragados, pero es algo más difícil de analizar».