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El gijonés Daniel López estudia un Máster de Ciberseguridad en la Escuela Politécnica Federal (EPFL) de Lausanne, Suiza, gracias al programa de becas de la Fundación Caja Rural de Asturias.
La Fundación Caja Rural de Asturias, en su apuesta por impulsar el talento, convoca un año más sus becas de excelencia, ampliando su alcance, llegando a 207 becas, con una dotación total de 300.000 euros. Este programa, dirigido a estudiantes de grado, máster oficial, Formación Profesional de Grado Superior y enseñanzas de régimen especial, tanto en centros nacionales como internacionales, representa una oportunidad real para jóvenes que desean seguir formándose y que, sin este apoyo, tendrían más difícil hacerlo.
La convocatoria ya está abierta hasta el 30 de junio y las becas ya se pueden solicitar en su página web www.fundacioncajaruraldeasturias.com.
Las ayudas oscilan entre los 1.000 euros para estudios en España y los 10.000 euros para másteres oficiales cursados en el extranjero, como el que está realizando Daniel López en la EPFL (École Polytechnique Fédérale de Lausanne), en Suiza. Desde allí, este gijonés de 22 años, ingeniero informático, comparte su experiencia.
–Después de terminar el Grado en Ingeniería Informática en la Escuela de Gijón, empecé a valorar opciones para el máster: análisis de datos, ciberseguridad… Me atraían Madrid, Estocolmo… pero me decidí por Suiza porque el Máster en Ciberseguridad tiene un plan de estudios más abierto, compartido entre dos universidades públicas de prestigio internacional: la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL) y la Politécnica de Zurich (ETH Zurich). Eso me permitía acceder a una formación más completa y diversa.
–Cuando salió la convocatoria yo ya estaba en Lausanne. Fue toda una sorpresa porque en ese momento estaba trabajando en remoto como ingeniero de software en una startup para podercostearme el máster, y compaginarlo con los estudios era complicado. Además, trabajar para España desde fuera de la Unión Europea tiene su propia complejidad. Decidí solicitar la beca y tuve la suerte de que valorasen mi expediente y proyecto. Me la concedieron y eso me dio la tranquilidad que necesitaba para centrarme de lleno en los estudios.
–Seguro habría tenido que seguir trabajando para poder mantenerme, lo que me habría impedido aprovechar al máximo la experiencia del máster.
–Pensaba que sería parecido a cualquier máster que pudiera cursar en España, pero no. Para empezar, dura dos años, no uno. Y aunque hay bastante carga teórica, está muy enfocado a la práctica. Estoy constantemente trabajando en actividades dentro del campus, participando en visitas a empresas y en otros eventos.
–Recientemente la universidad nos invitó a participar en Insomni’hack, una de las conferencias de ciberseguridad más importantes de Suiza, que se celebra en Lausana. Allí competimos como parte del equipo oficial de EPFL, Polygl0ts, en una competición tipo CTF (Capture The Flag), donde se resuelven retos técnicos de hacking ético. También viajamos a Zúrich para participar en los clasificatorios europeos para la DEFCON, uno de los torneos de ciberseguridad más prestigiosos del mundo. Además, se organizan actividades como LauzHack, una hackathon abierta a estudiantes de toda Europa. A menudo tenemos eventos con empresas como Oracle o Morgan Stanley para conocer cómo se aplica la ciberseguridad en entornos reales y conectar con profesionales del sector.
–Suele estar bastante completo: clases, trabajo en proyectos de asignaturas o avanzo en mi proyecto de investigación del máster, que realizo en el laboratorio LIONS de EPFL sobre seguridad en modelos de Inteligencia Artificial. En mi tiempo libre, me gusta acercarme al lago, quedar con compañeros para cenar -a veces organizamos una raclette, que ya se ha vuelto una pequeña tradición- y los fines de semana, hacer alguna ruta o escaparme a la montaña.
–De momento, terminar el máster, que el año que viene se imparte en la Universidad de Zurich. Y después me gustaría hacer un doctorado. La beca está facilitando muchísimo el camino. Cuando llegué, me parecía casi imposible estudiar en un sitio así, y ahora incluso no descarto quedarme a trabajar un tiempo.
–Que lo intenten. No pierden nada por solicitar la beca, aunque no tengan el expediente perfecto. Que presenten su idea a la Fundación Caja Rural de Asturias, porque es una entidad que de verdad apuesta por el talento joven y puede abrirles muchas puertas.