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Donde la tradición costera y la vanguardia artística se encuentran en un paisaje único
El Franco es mucho más que un rincón del litoral asturiano. Es un mosaico de sensaciones que se despliegan entre el embrujo romántico de El Porto/Viavélez, la fuerza del mar y la riqueza cultural que brota de sus calles, museos y talleres de arte. Este municipio ofrece al visitante la experiencia de caminar por un territorio donde el pasado y el presente dialogan en cada rincón, desde la arquitectura emblemática de A Caridá hasta las creaciones de artistas que han hecho de esta tierra su inspiración
El municipio destaca también por su apuesta cultural en la capital, A Caridá, donde la Casa de Arte Mohíces se ha convertido en un referente. Este espacio, que ocupa el antiguo ayuntamiento, alberga en su planta baja el Museo de la Forja dedicado a Ángel Fernández “El Ferreiro”, un herrero autodidacta cuyo trabajo en metal combina surrealismo y modernismo, creando piezas únicas que sorprenden por su imaginación y sensibilidad
Procedente de la familia de los Xacobos, este humilde herrero autodidacta tenía el don de la creatividad. Buscador sensible de la belleza, sin ningún conocimiento ni formación artística y gracias, únicamente, a su imaginación y a su capacidad de trabajo, Angelito diseñó en metal un excelso conjunto de piezas en forja que, junto a los aperos de labranza que realizaba en su fragua de La Caridad, constituyen uno de los más claros ejemplos de imaginación surrealista nacidos en la España de postguerra.
Pero, ¿cómo es posible que un humilde hombre de pueblo pudiera llegar a realizar tales obras sin haber tenido contacto previo con ninguna corriente artística? La respuesta anida en su genialidad, en el modo de construir a partir de una imaginación poblada de sueños, en la mente de un hombre que escapó a su tiempo.
Surrealismo y modernismo se funden en sus trabajos en los que se mezclan animales y plantas salidas quizá de otros mundos, de otros tiempos que no fueron los suyos y que la Casa de Arte de Mohíces conmemora para no olvidar jamás la figura de un hombre que traspasó todos los límites de lo imaginable.
No puede entenderse la oferta cultural sin mencionar a Herminio Álvarez, un artista único cuya trayectoria autodidacta le llevó a dominar la escultura en materiales como cartón prensado, madera y metal. Sus piezas, que combinan artesanía y vanguardia, invitan al espectador a un diálogo íntimo, donde el movimiento y la geometría se conjugan en un juego de seducción visual y táctil.
Un genio de formación tardía, pero de sueños infantiles forjados en el corazón de una humilde familia de La Caridad, de sus comienzos en la pintura, pasó por la miniatura para terminar, debido a la escasez de recursos de los que disponía, realizando magníficas esculturas en cartón prensado. A él le siguió la madera, el acero inoxidable y el aluminio con los que el artista propone un juego sutil en el que trata de desafiar a la gravedad con el rigor de la geometría armoniosa de la seducción.
Con un lenguaje personal y único, Herminio conjuga en sus esculturas artesanía y vanguardia. Sus obras requieren tiempo para ser contempladas, pues el espectador debe actuar sobre ellas meciéndolas, acariciándolas con calma, entrando a disfrutar del juego que el artista sutilmente propone. Son piezas ilógicas, aunque perfectamente estudiadas, pensadas, en una búsqueda incansable por obtener el movimiento perpetuo.
Hombre excelso, de sonrisa tierna, Herminio ama a La Caridad, a Asturias y a sus gentes. Siempre confió en sí mismo, en el trabajo, en la fuerza de voluntad y en la lucha constante, alejado de tendencias o modas y con un estilo personalísimo. Trabajador infatigable, autodidacta de éxito tardío, su escultura flota en el espacio y su arte gravita puro con la curiosidad del niño que jamás le abandonó.
En la primera planta se encuentra la colección contemporánea de la Asociación Cultural Amigos y Amigas de As Quintas, con una selección de obras que reflejan las tendencias más actuales del arte abstracto y plástico, enriqueciendo el patrimonio cultural local con una visión fresca y plural.
Esta aún incipiente colección se inició hace ya varios años gracias a la primera donación que realizó uno de los artistas que expuso su trabajo en la Sala As Quintas.
A partir de aquella primera obra, se planteó la idea de disponer de un espacio donde podrían mantenerse, en una especie de exposición permanente y abierta al público, todas las obras que fueran donadas a la asociación como memoria del paso de todos los artistas por As Quintas.
Esta colección no responde a ningún criterio en particular, sino que refleja la línea expositiva de la Sala As Quintas: arte contemporáneo con predominio de la abstracción sobre la figuración y de la pintura sobre la fotografía, la escultura u otras expresiones de las artes plásticas.
De este modo, el objetivo es doble: por un lado, contribuir a construir memoria de la historia expositiva de la asociación y, por otro, dotar a la colectividad de un patrimonio cultural creciente para el disfrute del público general. Se trata, en definitiva, de una muestra colectiva que reúne gran cantidad de obras de artistas de primera línea, abierta, flexible, dinámica y de calidad innegable, con la idea de contribuir al fortalecimiento del arte y a su conservación y difusión para las generaciones venideras.
En definitiva, un patrimonio en constante crecimiento que se complementa con los encantos naturales y gastronómicos de El Franco, donde las playas, los acantilados y el sabor a mar crean un entorno perfecto para una experiencia turística completa y auténtica.