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CAJA RURAL DE GIJÓN

«Queremos mejorar y modernizar la atención sin perder el espíritu de la casa»

Ignacio Blanco, presidente de la Cocina Económica, repasa los retos de una entidad que es mucho más que un comedor social

A.G.M.

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Ignacio Blanco Rodríguez, presidente en funciones de la Asociación Gijonesa de la Caridad-Cocina Económica, participa en “Gijón Actualidad”, el espacio impulsado por Caja Rural de Gijón donde referentes de la ciudad comparten su visión del entorno y repasan su trayectoria. En esta entrevista nos habla de los desafíos diarios de la Cocina Económica.

– Usted ha sido profesor de matemáticas. ¿Cómo acaba al frente de una entidad como la Cocina Económica?

–Todo partió de la casualidad, fruto de mi amistad con el anterior presidente, don Luis Torres. Al jubilarme, me pidió que me pasara por la Cocina a echar una mano. A los pocos meses me encontré como vicepresidente en una candidatura. Tras el fallecimiento de Luis, y en base a los estatutos, ocupo el puesto de presidente en funciones. Un cargo que afronto con asombro y admiración por todo lo que esta entidad representa, y todo lo que han hecho nuestros predecesores en sus recién cumplidos 120 años de historia.

–Mucha gente asocia la Cocina Económica solo con el comedor social, pero la labor que hacéis va mucho más allá…

–Así es. Aunque el comedor es lo más visible y numéricamente lo más importante- servimos unas 350 comidas y 220 cenas al día- además tenemos tres recursos residenciales y diversos programas. En el edificio de la calle Mieres viven una media 50 personas. Tenemos una residencia para personas en proceso de desintoxicación, una residencia de media estancia para personas que están en la calle y necesitan un acompañamiento socioeducativo y 4 apartamentos donde acogemos a familias sin recursos. A todo ello se suma un taller ocupacional y la que es nuestra labor más desconocida, una clínica dental gracias a la donación del equipamiento. Hay consultas gratuitas dos días por semana, pero necesitamos más odontólogos voluntarios, ya que tenemos una lista de espera de un año.

– ¿Con cuántas personas cuenta el equipo de trabajo y qué papel tienen los voluntarios?

–Nuestro objetivo no es solo dar un sitio donde estar, sino acompañar para que recuperen su autonomía. Para ello contamos con un equipo de 34 profesionales y 120 voluntarios. Hay perfiles muy variados: psicólogos, abogados, asesores laborales… que colaboran de forma semanal. Los voluntarios son esenciales, por eso invitamos a todo el mundo a visitarnos, conocer lo que hacemos y aportar lo que puedan.

– ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la institución?

-El económico es el que más nos agobia, pero lo que más nos preocupa es mejorar la atención. Esto es una empresa social: tiene una parte financiera, pero sobre todo humana. Por eso estamos en pleno proceso de transformación. Desde el año pasado la dirección de la asociación corre a cargo de Rafael Piñera, confiamos plenamente en su experiencia para la puesta en marcha de nuestro nuevo modelo de integración. La labor hecha hasta ahora por la Cocina Económica es admirable, pero creemos que se puede mejorar y modernizar sin perder el espíritu de la casa. También quiero destacar el papel de las Hijas de la Caridad. Aunque no gestionan la institución, para los responsables su presencia es fundamental. Nos ayudan a entender cómo tratar a las personas con cariño, empatía y solidaridad.

José Ramón Fiaño entrega una pequeña escultura a Ignacio Blanco.

José Ramón Fiaño entrega una pequeña escultura a Ignacio Blanco. Damián Arienza

– ¿Son suficientes los recursos con los que cuentan? ¿Cómo se puede colaborar?

-Nuestro presupuesto ronda los dos millones de euros anuales. Un 50% procede de subvenciones públicas, especialmente del Ayuntamiento de Gijón, al que estamos muy agradecidos. El otro 50% lo cubren más de 900 socios que aportan voluntariamente, sin cuota fija ni periodicidad obligatoria. A esto se suman donaciones en especie de empresas y particulares, pero no es suficiente, necesitamos más socios que nos den estabilidad, por eso desde aquí hago un llamamiento, además desde nuestra web es muy fácil.

– ¿Qué le está enseñado esta experiencia?

– Me ha hecho descubrir otras realidades. Personas con casa y trabajo, pero con salarios tan bajos que no pueden mantenerse. En cuanto al perfil de usuarios han aumentado mucho las mujeres, personas con deterioro mental y jóvenes, estos últimos especialmente en población migrante.

– ¿Qué tipo de vinculación tiene con Caja Rural de Gijón?

– La colaboración de Caja Rural de Gijón viene de largo y es un ejemplo perfecto de las empresas que colaboran con nosotros a través de donativos. Actualmente nos facilitan carne de jabalí en picadillo, algo que les pedimos así porque facilita la masticación a personas con problemas bucales, que son muchas entre nuestros usuarios.

Obsequio entregado por Caja Rural de Gijón, creado por Cerámica La Guía

Obsequio entregado por Caja Rural de Gijón creado por Cerámica La Guía. J. Simal