Premio para una casa en la Isla
El estudio gijonés Ferrao y Rey recoge mañana en París un premio de arquitectura
M. F. ANTUÑA
Domingo, 15 de junio 2014, 01:15
Es una vivienda de 1.200 metros cuadrados con espectaculares vistas al Cantábrico. Una casa en la Isla (Colunga) con la piedra, el cristal y el zinc como elementos constructivos destacados. Y precisamente el último de ellos, el zinc, es el que tiene premio. La empresa francesa VM Zinc convoca con carácter bienal un concurso de arquitectura que premia la originalidad y la belleza de construcciones que emplean este material. Y en esta ocasión, en el palmarés está el estudio gijonés Ferrao y Rey por esta vivienda.
El concurso, con más de un centenar de participantes de toda Europa, otorga varios premios: vivienda colectiva, unifamiliar, edificio público y comercial. Y añade una última categoría, que es la del galardón concedido por votación popular. Fue aquí donde el diseño realizado en Gijón se ha llevado la distinción, que recogerán este lunes en París Antía Rey y Francisco Ferrao.
La casa que acaparó el mayor número de 'me gusta' en Facebook es un proyecto realizado en 2011 cuyas obras se prolongaron hasta el pasado año. Se trata de una vivienda de vacaciones encargada por un residente en Estados Unidos con una cierta vinculación familiar con Asturias. Con mucha participación del propietario, pero al mismo tiempo con gran libertad para los arquitectos, el proyecto se gestó vía mail y se cuidó al detalle. En dos plantas y sótanos, los arquitectos tenían claro el porqué de la elección de los materiales. «La piedra es un material que dura mucho, la madera aporta la calidez y el zinc aguanta muy bien la corrosión y, como la vivienda está en primera línea de playa, decidimos utilizarlo», señala Antía Rey. También se buscó romper con él el juego entre vidrio y piedra de la fachada. «Nos decantamos también por el zinc porque es un material que se puede plegar muy bien», subraya la arquitecta, quien destaca igualmente sus virtudes impermeables.
Con las ideas claras, solo faltaba construir, mimar los acabados e implicarse incluso en la decoración, de la que también se encargaron los arquitectos. «Para nosotros este proyecto fue una gozada», dice Antía Rey, especialmente feliz con la reacción del cliente al entrar en su nueva casa. «Cuando llegó dijo que había superado todas sus expectativas».