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MIGUEL ROJO
Martes, 5 de abril 2016, 00:43
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El profesor de Filosofía Joaquín Robles regresaba ayer a la Fundación Gustavo Bueno para analizar en profundidad la transcripción de un diario inédito, recogido por el ingeniero de minas y espiritista Lucas Aldana, participante en las reuniones del Círculo Espiritista de Madrid entre el 26 de diciembre de 1868 y el 30 de diciembre de 1870, día en el que se anuncia la muerte del general Prim. Ahí acaba el diario, en el que aparecen mencionados muchos personajes vinculados al gobierno provisional, la mayoría masones.
«De los 300 diputados que había por aquel entonces en el Congreso, hay 50 o 60 que son espiritistas reconocidos. Otros muchos son masones. El Gobierno provisional de Prim y Serrano, los masones y los espiritistas tenían intereses comunes, sobre todo contra la Iglesia», explicaba ayer Robles. Por aquel entonces, el espiritismo «era un entretenimiento de la clase burguesa, pero también había quien lo entendía como una ciencia», y estaba muy vinculado a las élites. «Ahora hay muchos más círculos espiritistas, pero no están tan relacionados con el poder, es algo mucho más cercano al público general», analizaba el profesor.
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