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Instantánea de una niña tomada por Enrique Gómez (1867-1934).
Fotografía mortuoria de viaje a Barcelona

Fotografía mortuoria de viaje a Barcelona

La fototeca asturiana cuenta con una importante colección post mortem formada por 69 instantáneas captadas entre 1870 y 1940

M. F. ANTUÑA

Martes, 16 de mayo 2017, 00:22

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El Museo del Pueblo de Asturias atesora una interesantísima colección de fotografía post mortem, esa que, como su propio nombre indica, consiste en captar la imagen del finado en solitario o en compañía de familiares y amigos con el ánimo de conservar para la posteridad un último retrato. Entre 1870 y 1940 se captaron estas fotografías que un buen número de profesionales asturianos imprimieron en positivos sobre papel de distintos tamaños para componer una colección formada hoy por 69 fotografías. Colección de un valor tan trascendental que se mostrará a partir del viernes en Barcelona.

Allí se celebra la que está considerada como la feria de la fotografía analógica más importante del mundo. Revela-T, que así se llama, programa talleres y un sinfín de actividades, pero sobre todo exposiciones de todo tipo, entre ellas, la dedicada a aportar luz sobre este tipo de fotografías realizadas a difuntos que en 2013 fueron objeto de estudio por parte de la Universidad de Marsella, que precisamente se sirvió de algunas de las imágenes que se conservan en Asturias para llegar a sus conclusiones.

El interés por este tipo de instantáneas es particularmente notable en España, puesto que durante mucho tiempo se pensó que esta práctica de vestir al cadáver y retratarle antes del funeral era más propia de los países anglosajones que de los hispanos. Pero, sin embargo, las investigaciones recientes han demostrado que también en países como España e Italia fue habitual hasta los años sesenta del siglo XX tomar fotografías mortuarias. No se hacía de manera morbosa, más bien todo lo contrario, se buscaba dar una visión romántica de la vida y fueron muchos los fotógrafos que la practicaron, como Enrique Marquerie, Fernando del Fresno, Enrique Gómez, Ramón García Duarte, Juan Evangelista Canellada, Benjamín R. Membiela, Lorenzo Cabeza o Valentín Vega.

Llama la atención en la colección del Museo la presencia de niños, y muy especialmente bebés. Niños acostados en sus cunas y rodeados de flores, con las manos cruzadas en la cintura, vestidos con faldones, con rosarios y crucifijos abundan entre unas imágenes que hoy epatan y que desde el viernes y hasta el 28 de mayo se dejarán mirar en la quinta edición del festival que aborda la vanguardia de la fotografía analógica, que se desarrolla en Vilassar de Dalt.

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