Adiós a Carlos Suárez, uno de los grandes de la dirección de fotografía española

Carlos Suárez nos ha legado una brillante trayectoria que incluye cuatro nominaciones a los Premios Goya de la Academia del Cine en la categoría a mejor dirección de fotografía, alzándose en 1989 con el premio por la película 'Remando al viento', todo un clásico.

Aparte de por 'Remando al viento' (1989), también fue nominado al Goya en otras tres ocasiones, por los filmes 'Don Juan de los infiernos' (1992), 'Oviedo Express' (2007) y 'La conjura del Escorial' (2008).

La Academia del Cine Asturiano mostró, a través de una nota de prensa, su más sentido pésame «por la pérdida de una de las figuras más reconocidas y queridas por todo el sector».

Y es que Carlos Suárez trabajó como director de fotografía, entre otros, en filmes como 'Parranda', 'El detective y la muerte', 'El portero', 'La escopeta nacional', 'Patrimonio nacional' y 'La vaquilla' (de Luis García Berlanga), 'Gary Cooper que estás en los cielos' (de la desaparecida directora Pilar Miró), 'La luz prodigiosa' (Miguel Hermoso), 'La torre de Suso' (firmada por el asturiano Tom Fernández) o 'La noche más hermosa', dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón.

Además de sus colaboraciones con Eloy de la Iglesia o Jaime Chávarri, Suárez fue también director de fotografía de diversos documentales, cortometrajes y series de televisión como 'Petra Delicado', 'Los pazos de Ulloa' o 'La huella del crimen'.

Ganador de la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos, Suárez se convirtió, en paralelo, en uno de los ideólogos de la actual Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas junto con otros profesionales de la industria.

El asturiano fue asimismo guionista y director de las películas 'El jardín secreto' (1984), 'Makinavaka, el último chorizo' (1992), '¡Semos peligrosos! (Makinavaja 2)' (1993), 'Los porretas' (1996) y 'Adiós, tiburón' (1996).

Y no menos destacó su prestigiosa labor y gran influencia como profesor en la enseñanza de la dirección fotográfica en diferentes escuelas de cine y centros universitarios.

Todavía el año pasado el público asturiano lo pudo ver en la Fábrica de Armas de La Vega, colaborando con la Fundación Princesa de Asturias a la hora de desgranar las claves de la 'Fórmula Scorsese' desde tres sets allí montados con motivo de los Premios para vivir la experiencia de un rodaje. «Un realizador que es heredero de la Nouvelle Vague, que supuso una ruptura tanto en los temas como en la técnica y que suplió la falta medios con talento y aprendizaje», explicó entonces, de forma didáctica y amena, a los asistentes a factoría cultural, sobre el ganador del Princesa de las Artes.

Y, en los últimos años, aún tuvo tiempo de cambiar de profesión y cultivar lo que él llamaba «pictorialismo digital», una mezcla entre la fotografía y la pintura.

Con su habitual discreción y buen hacer, en una de sus últimas exposiciones, explicó a EL COMERCIO que «en el cine estás obligado a contar una historia y a no llamar la atención».