«Querida Ana, querida collacia vaqueira, esta ye y va seguir siendo la tu casa»

La despedida comenzó con la intervención del rector, que a pesar de no haber podido acudir presencialmente debido a un compromiso con la Universidad de León, dejó por escrito un texto en asturiano en honor a la catedrática. «Querida Ana, querida collacia vaqueira, esta ye y va seguir siendo la tu casa», con estas palabras inició la despedida a la emérita. A lo largo del discurso, se disculpó porque «l'asturianu nun suel ser la mio llingua», así como comentó que tiene intención de «mexorar nel su usu y demostravoloslo n'otres ocasiones».

Otra ausencia por compromisos previos fue la de Berta Piñán, la consejera de Cultura, Política Lingüística y Turismo del principado, que al igual que el rector dejó por escrito su despedida para Cano.

Tras agradecerle su profesionalidad y trabajo, a título personal, afirmaba que ella «representa mediu siglu de la filoloxía asturiana», ya que «dende fai más de 50 años trabaya n'esti campu».

Tras ellos habló la exalumna Claudia Elena Menéndez Fernández, actual compañera del departamento de Filología Clásica y Románica, que entre anécdotas y recuerdos, agradeció a Cano el haber «dexao una güelga pa siempre», además de por haber sido quien «ficiese que tomase decisiones» que cambiaron «la so vida y el so futuro».

Finalmente, la propia Ana salió a la palestra, y comenzó comentando como con sus 17 años y el título de profesora de primaria entró a la ,universidad para matricularse en filología asturiana. También rememoró su infancia en su Somiedo natal y explicó cómo fue crecer en un pueblo a ocho kilómetros de la carretera más cercana, «sin luz, sin agua, y sin facilidades», pero también explicó cómo la comunidad que había en aquel entonces era «solidaria y afayaiza». Rememoró también cuando se mudó a Oviedo con seis años, ya que fue «el motivu pol que estudié», ya que «si hubiese quedao nel mi pueblu, nun hubiese fecho carrera», aunque este siguió muy presente en ella ya que todos los veranos de su infancia volvía a él, entre otras muchas cosas, «pa dir a la yerba». Además, en el acto Cano introdujo su libro 'Llingua, tierra, nomes...Estudios d'Onomástica Románica (1987-2007)'.

También se declaró «enseñante vocacional», ya que a pesar de haber estudiado una filología «por obligación», ya que eran «cuatro hermanos, y había que asegurar un trabayu», la enseñanza ha sido una de sus muchas pasiones.