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Beatriz Coto manipula la cámara para explicar el proceso a uno de los grupos.
Cámara, tijeras y acción en AlNorte

Cámara, tijeras y acción en AlNorte

Un grupo de niños dio sus primeros golpes de claqueta en Gijón mientras en Lugones otro se dejaba guiar por la imaginación del creador Pedro Fano

PACHÉ MERAYO

Jueves, 9 de octubre 2014, 00:13

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El Museo Barjola se ha convertido ya en una de las sedes motoras de AlNorte. Ayer las actividades de la Semana Nacional de Arte Contemporáneo de EL COMERCIO ocupaban dos pisos. En la primera planta, cerca del Goya que luce potencia en las tauromaquias, un grupo de niños recortaba historias sobre cartulinas para hacer de una pared su primer escenario cinematográfico. Los guías en esta aventura de luces y sombras, de imaginar y soñar despiertos, eran Santiago Lara y Beatriz Coto o lo que es lo mismo Laramascoto. La pareja acudió a su cita cargada de papeles, lápices, tijeras, y una cámara fotográfica ya cargada con una secuencia didáctica. El ejemplo necesario para que los aprendices entendieran su misión, hacer una mini película de animación 'stromotion'. Pudieron ver Sara, Juan, Bruno, Gonzalo, Tobías o Miguel cómo Santiago lanzaba al aire, por arte de magia cinematográfica, un 'hola' en letras de colores.

Entendido el reto y asimilado el método, los pequeños se echaron al suelo y tomaron lápices y cartulinas. En cinco minutos Sara, de ocho años, ya sabía que iba a dibujar y recortar una mariposa que debería revolotear en torno a una flor. Juan, de 12, le explicaba cómo harían posible el movimiento. Él se encargaba de la flor. «Solo tenemos que pegar los dibujos en la pared hacer la foto y después cambiarlos de posición y hacer otra foto y así, después de hacer varias, las vemos deprisa unas detrás de otras y parecerá que todo se mueve». Y así fue. Bruno, de 10 años, lo pudo comprobar con un hombre al que el pelo se le erizaba cada vez más. Miguel, de 7, vio cómo, siguiendo el método, que es la base primigenia del cine, al árbol que dibujó nada más llegar se le caían las hojas.

Cada uno de los aprendices trabajó en pareja. De modo que el idear y dibujar, el recortar y pegar, uno se ponía ante la cámara y otro tras ella. El resultado lo pudieron contemplar acelerando el visionado de las instantáneas, pero para convertirse en película definitivamente será volcado en un vídeo y enviado a sus casas por correo electrónico. Y mientras en el Barjola la animación crecía, en la Casa de Cultura de Lugones, otro grupo de pequeños dejaba correr también su imaginación, en el taller 'Publicando con arte', guiado por Pedro Fano.

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