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Alberto Rodríguez, a la derecha, con parte de la compañía, ayer durante los ensayos en el Teatro Jovellanos.
Escenapache revive a la 'Juana' más actual

Escenapache revive a la 'Juana' más actual

El Teatro Jovellanos acoge el lunes el estreno de la dramaturgia escrita y dirigida por Marga Llano

M. F. ANTUÑA

Martes, 2 de diciembre 2014, 00:24

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Comienza la cuenta atrás. El lunes, a las 20.30 horas, el Teatro Jovellanos acoge el estreno de 'Juana', una dramaturgia basada en la historia de la heroína francesa obra de Marga Llano que dirige el montaje y también actúa. 'El demonio de la curiosidad' es el subtítulo que acompaña a la pieza, ganadora del Premio Jovellanos a la producción escénica y que sube a escena a diez actores y seis figurantes. O sea, 16 personas sobre las tablas, mucho más que una superproducción en los tiempos que corren, que cuenta con un presupuesto de 25.000 euros.

La apuesta es ambiciosa para Escenepache que afronta no solo un texto complejo que juega con el humor y el llanto, sino también con una escenografía conceptual obra de Vicente Villar Banciella de marcado carácter artístico y con un espacio sonoro ecléctico que tiene hueco para el minimanilismo, Camilo Sesto y la música medieval.

Es un todo el montaje que afronta estos días la etapa final en la sala de ensayos del Teatro Jovellanos de Gijón. Un todo que ofrece lecturas diferentes: «La gente va a ver la historia de una muchacha humilde que un día, por un acontecimiento importante en su vida, empieza a oír la voz de dios, que le dice que tiene una misión en la vida, que es coronar al delfín de Francia y conseguir que sea rey; ella consigue llegar al castillo y logra que coronen al rey en Reims». El relato lo hace Marga Llano, que abunda en que hasta este punto y a la posterior condena de la heroína a la hoguera todo discurre conforme a la historia. Pero hay más: «Está claro que desde el minuto cero hay una lectura contemporánea absoluta». Se hace a partir de la revisión del caso de Juana de Arco, a la que primero se condenó por bruja y después se la quiere santificar. Es en esa revisión donde emerge el mensaje actual, cuando se busca la historia como excusa para hablar del individuo, de la libertad, de la identidad... No deja de ser esta 'Juana' una reflexión sobre el ser humano, «sobre el atreverse a ser uno mismo, sobre el hacer y no soñar».

Todos esos contenidos se ubican en un continente mucho más amplio que se sirve de un lenguaje teatral muy brechtiano fruto de un periplo interpretativo muy especial. Llano acostumbra a «amasar» las funciones antes de subirlas propiamente a escena. En septiembre comenzó todo: «El proceso de ensayos lo hago en dos fases, uno se basa fundamentalmente en el trabajo creativo, de improvisaciones, en el que vamos trabajando juntos con los personajes, jugando con el texto, con los estados de ánimo, con las situaciones, para hacer el grupo más maleable, desarrollar la escucha, generar confianza», relata la directora. Luego toca montar las escenas y entonces el trabajo se hace de una forma mucho más orgánica, más natural.

Ese doble juego está llegando a su fin y ha insertado ya casi todas las piezas. Clave es la escenografía, formada por tres andamios de dos caras que van dibujando mundos separados. Es una propuesta inspirada en el arte asturiano que se deja ver, se cambia y se transforma ante la mirada del público. No hay telones que oculten nada. Todo está a la vista durante las dos horas aproximadas que durará la función.

En esta tragicomedia en sentido estricto repleta de elípsis espaciales y temporales juega igualmente un rol clave la indumentaria, que firma Azucena Rico. «Parece el vestuario de una ópera», relata Marga Llano, y lo justifica en el abultado número de personajes, que han de vestir trajes medievales. Claro que además de la caracterizaciones figurativas al uso existen también algunos personajes que se sirven de ropajes conceptuales.

Esos son todos los ingredientes de un montaje que se ilumina de la mano Rubén Rayán y cuyo espacio sonoro firma Javier Caíñas. El fin es simple y necesario: «Que nuestro trabajo se convierta en emoción». O dicho de otras palabras, «que el público aprecie nuestro trabajo y lo disfrute».

El teatro es un auto de fe. Y más en los tiempos duros. Por eso, dice Marga Llano, no hay mejor capital que el humano. La decena de actores que lo componen son: Alberto Rodríguez, Jorge Moreno, Pepe Mieres, Ángeles Arenas, Javier Castro, Lara Herrero, Marga Llano, Pablo Martín Reyero, Manu Lobo y Arantxa Fernández Ramos.

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