Secciones
Servicios
Destacamos
JESSICA M. PUGA
Sábado, 21 de marzo 2015, 00:48
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Pena y emoción fueron los sentimientos que reinaban ayer en la gijonesa sala de arte Van Dyck, que inauguró ayer su exposición de liquidación antes de decidir si cierra definitivamente sus puertas. Decenas de personas acudieron a la llamada de Alberto y Aurora Vigil-Escalera, padre e hija y cabezas visibles de la galería que vive su trigésimo anivesario. Ambos estuvieron presentes en el acto y rodeados de amigos como el artista Edgar Plans. «Tengo 78 años. El corazón me dice que siga adelante, por mi esposa; pero mi cabeza piensa que debo descansar... pero eso no lo decidiremos hoy, dependerá del transcurso de esta muestra», explicó Alberto Vigil-Escalera, recordando a la compañera de su vida, María Ángeles Pérez, fallecida el pasado mes de febrero.
Las anécdotas no pudieron faltar. Muchas de ellas narradas a raíz de las palabras de presentación encargadas al crítico de arte Luis Feás. La inicial localización de la galería en un apartamento o la difícil tarea de elegir su nombre, resultando elegida la quinta opción de un listado compuesto por títulos ya escogidos, fueron los guiños de humor de la jornada.
En las paredes y junto a ellas, pinturas y grabados, entre otras opciones, hasta llegar a un total de 75 piezas expuestas y muchas más guardadas en el almacén. Todas esperando para ser adquiridas al «precio que sea oportuno. Dando libertad y apoyando a los clientes habituales», aseguró el responsable.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La hora que separó a una madre y su hijo de morir juntos en Palencia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.