Borrar
El Prerrománico es uno de los principales desvelos de la Guardia Civil.
Se buscan dos picassos robados en Asturias

Se buscan dos picassos robados en Asturias

Los encargados de velar por el patrimonio se enfrentan a redes internacionales cada vez más sofisticadas | La Guardia Civil también investiga el rastro de varias tallas y dos juegos de pistolas utilizadas para batirse en duelo

AZAHARA VILLACORTA

OVIEDO.

Domingo, 26 de mayo 2019, 01:27

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Si alguien roba un códice de la Catedral de Oviedo como ocurrió en Santiago, tardaremos más o menos en encontrarlo, pero lo encontraremos», espeta con una seguridad apabullante el comandante de la Guardia Civil Alejandro Anelo, uno de los hombres encargados de las unidades de la Benemérita que se ocupan de velar por el patrimonio histórico ubicado en tierras asturianas. O lo que es lo mismo: «Los bienes muebles e inmuebles que, según la Constitución, deben ser protegidos y conservados». Una amplísimo espectro que va de los hórreos y paneras catalogados a los BIC pasando por los tesoros submarinos.

Anelo habla con pasión de unos bienes que decenas de agentes custodian «por tierra, mar y aire», porque en esta tarea participan tanto las unidades territoriales (las patrullas que realizan controles en puntos calientes) como el Seprona (que hace inspecciones en establecimientos dedicados a la compra-venta de antigüedades y lleva a cabo la inmensa mayoría de las actuaciones por expolio en yacimientos arqueológicos).

Desde los helicópteros «que garantizan la seguridad en el Camino de Santiago mientras vigilan el Prerrománico» a los submarinistas de los GEAS y el servicio marítimo (que se ocupa de los cuatro yacimientos subacuáticos asturianos) o el servicio fiscal (que tiene encomendada la vigilancia en fronteras y aduanas).

Y, «cuando la prevención no ha funcionado y el delito reviste especial gravedad», entra en juego el Grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO), integrado en el servicio de Policía Judicial y con base en Madrid.

La tarea es ingente, porque «la Guardia Civil tiene las competencias de seguridad ciudadana en más de un 80% de la superficie del territorio asturiano y en toda la franja marítima», por más que Alejandro Anelo confirme que «los robos ahora son escasos, mientras que hace solo diez o quince años España era como una especie de supermercado» artístico.

«Puentes, torres, colegiatas, dólmenes, castros, cuevas, iglesias, monumentos... No hay nada que se escape al control» de la Guardia Civil, que habla de «dos tipos de perfiles delincuenciales, siendo el más frecuente el del aficionado»: «Es aquel que va con su detector de metales a un yacimiento, porque tú puedes tener un detector de metales, pero no ir con él a La Zoreda, donde acaban de aparecer restos del Paleolítico. O el del que va a hacer una reforma en casa, pasa por una iglesia, le gusta un arco y se lo lleva para ponerlo en el jardín porque le parece muy mono».

Esos no son «los malos» que preocupan a Anelo: «Hablamos del típico delincuente habitual que entra en una ermita y que deja las tallas policromadas pero se lleva el cepillo, o a lo mejor se lleva la talla para malvenderla en un mercadillo. A esos enseguida los cogemos».

Al comandante lo que le inquietan son «los profesionales. Muchas veces, redes internacionales que trabajan por encargo y que buscan cosas muy específicas». Y con tentáculos cada vez más sofisticados: «Detrás, siempre hay un entramado de delincuencia organizada. Porque no hay que olvidar que uno de los negocios más fructíferos, junto con el tráfico de drogas, armas y especies y la trata de seres humanos, es el de bienes culturales. Roban una talla aquí y aparece en una casas de subastas en Inglaterra o Alemania. Y ahí es donde interviene la UCO».

Suyo podría ser el sello de algunos de los robos perpetrados recientemente en Asturias. Entre ellos, los de varias tallas (dos de ellas, del siglo XVIII), dos juegos de pistolas de duelo que también podrían datarse en ese mismo siglo y dos dibujos firmados por Picasso en 1933 que fueron sustraídos en un domicilio particular en junio de 2010, alegorías sobre los pecados capitales con un valor estimado por su propietario en 8.000 euros cada uno y que «aún no han sido recuperados, pero que lo serán».

Solo hay que acordarse -recuerda Anelo- del auténtico robo de película de 'La Virgen con San Vicente entre San Ramón y San Valero', un valioso tapiz del siglo XVI sustraído en 1979 de la catedral románica de Roda de Isábena, en Huesca, por René Alphonse van der Berghe, más conocido como Erik 'El Belga', uno de los más famosos expoliadores de iglesias de Europa, y que fue felizmente recuperado «gracias a la colaboración ciudadana» por la Guardia Civil en 2010.

En Asturias, durante los últimos años, han sido incautadas veinticuatro piezas de marfil y cuatro piedras de molino (en el marco de dos operaciones nacionales bautizadas como 'Aureus' y 'Pandora'), dos varones resultaron detenidos por el robo de varias chapas de zinc en una capilla y el conductor de un camión fue investigado por derribar una panera en Candamo por un delito por imprudencia contra el Patrimonio Histórico.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios