Laboral presume de sus artistas en residencia con el número de candidatos en continuo ascenso
El centro de arte abrió sus puertas para acercar al público los proyectos de sus profesionales emergentes, a los que este año destinará el doble de presupuesto
En Laboral no hay tiempo para el aburrimiento ni para la monotonía porque, detrás de cada una de sus puertas, aparecen proyectos que sorprenden y, ... muchas veces, hasta rompen los esquemas de quien los mira. Ahora mismo, el centro de arte cuenta con ocho artistas en residencia, cuyo trabajo ayer salió a la luz en una multitudinaria jornada de puertas abiertas. Todos ellos demostraron que no hay límites en el espacio cultural de Cabueñes, que está de enhorabuena. En el último año, pueden presumir de haber aumentado visitas y de «haber subido los artistas que quieren venir en residencia», tal y como contaba Pablo deSoto hace pocas semanas a este diario. Además, para los profesionales emergentes, en 2024 prácticamente se duplicó la dotación. El año pasado se destinaron 45.000 euros a los creadores en residencia, mientras que, para este ejercicio, hay presupuestados 87.000.
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Una mejora considerable que impulsa la innovación. Una innovación que, a veces, también camina de la mano de la tradición como ocurre en el caso del proyecto 'Festina Lente', que está desarrollando Ana G. Argüelles. «En la pandemia me di cuenta de que el mundo va rapidísimo», confesaba delante de los visitantes y, por eso, ella decidió frenarlo, fijándose en sus abuelos. «Me puse con ellos y con mi padre a restaurar el hórreo y lo fui documentando», contaba, con esas fotografías colgando de la pared.
Además, ese acercamiento a los mayores le incrementó sus ganas de aprender a bordar y se puso a ello, recibiendo clases de malla y dándoles algo de modernidad. «He querido simplificar unos procesos muy laboriosos», concluía. Y, a muy pocos metros de ella, Guillermo Braga juega y experimenta con las imágenes, en su apuesta 'Corazón de ballena'. Su objetivo es que «se puedan tocar imágenes en directo» y, para lograrlo, echó mucha mano del Acuario de Gijón, «filmando el universo del mar».
Un universo lejano al de Juan Cañada, artífice de 'Multiversos y microrrelatos', cuya premisa «construye un nuevo relato sobre la ciudad de Gijón», según explicaba. «Este laboratorio de experimentación muestra las dos condiciones de Gijón a lo largo de su historia: la parte del ocio, turismo y hedonismo, y la parte industrial». En la desindustrialización se fija, sin embargo, Alba Matilla, cuyo proyecto 'Santuario' rompe «la dicotomía entre mundo real y virtual», señalaba. «El pilar fundamental es una pieza interactiva, pero también hay una parte importante de pintura».
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A su vez, 'Huba iterform', de Chylo, hace «una simbiosis entre elementos orgánicos y digitales para que se difumine la frontera entre esos dos mundos», indicaba. Con todo ello, llamará la atención como lo hacen Chus Bernabé y su 'Ciudadano tinta', «un proyecto de investigación en poesía». Él busca «nuevas maneras de recitar con música» y ayer lo demostró, con un poco de improvisación que apeló a todos los que lo escuchaban.
Lo suyo son melodías y palabras como las de 'lofácil', el proyecto de Carlos de Arquer y María Barrena. Ellos componen «canciones desde el corazón» que suenan a través de la electrónica y que ayer triunfaron en un pequeño concierto que sirvió para cerrar una visita guiada, en la que Laboral Centro de Arte demostró estar muy vivo.
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